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martes, 6 de febrero de 2018

Metrópoli Central / Números, votos y los jóvenes

Mtro. Fernando Díaz Naranjo
Analista político
@fdodiaznaranjo

A penas el pasado 31 de enero pasado, pudimos ser testigos de las largas filas de ciudadanos formados en los módulos de foto credencialización del INE para realizar algún trámite de actualización y con ello, poder votar en las próximas elecciones a celebrarse el primero de julio de 2018.

El asunto no es menor, estamos hablando de una gran cantidad de elecciones tanto federales como locales que concurrirán simultáneamente en un mismo día.  Por ejemplo, los que radicamos en la Ciudad de México, tendremos oportunidad de votar por Presidenta o Presidente de la República, Senadores y Diputados Federales, así como por Jefa o Jefe de Gobierno de este Ciudad Capital, así como por los miembros del Congreso de la Ciudad de México y los Alcaldes (antes Jefes Delegacionales).

Por ello, es importante que los ciudadanos cuenten con sus datos actualizados y que su credencial de elector esté vigente.

De acuerdo con la información pública del INE,  en el padrón electoral, que son los ciudadanos que solicitaron su inscripción a dicho instrumento registral con la finalidad de obtener su credencial para votar, con corte al 26 de enero de este año, habían inscritos más de 43 millones de hombres por más de 46 millones de mujeres, lo que nos arroja un resultado de 89, 834,977 millones de ciudadanos que solicitaron su inscripción al padrón electoral.

De ese gran total, con la misma fecha de corte, han obtenido su credencial para votar con fotografía y, consecuentemente, se encuentran inscritos en el listado nominal de electores, instrumento básico de verificación, un total de 87,838,148 millones de electores, de donde poco más de 42 millones son del género masculino y 45.5 millones corresponden al género femenino.

Hasta este momento, son justamente los poco más de 87 millones de electores los que tienen la posibilidad de votar en las próximas elecciones.  Ese es el gran global a conquistar por los partidos políticos.

No obstante, vale la pena resaltar algunas otras cifras que nos parecen por demás relevantes, sobre todo ante el discurso y posicionamiento que varios precandidatos a la presidencia de la República han enfocado, me refiero a incentivar el voto de los jóvenes.  Y seguramente, saben que alrededor del 30% del electorado se concentra precisamente en la población que va de los 18 a los 29 años, es decir, representan una fuerza electoral de 25.6 millones de electores.

Esta cifra, seguramente significa un objetivo de los partidos políticos en lo individual y en lo colectivo (a través de las figuras denominadas coaliciones), ya que el grupo juvenil representa el bloque mayoritario.  Otro grupo importante, lo constituyen los ciudadanos que oscilan en la edad de los 30 a los 39 que contabilizan 18.5 millones de electores; luego la población de 40 a los 49 años que concentran alrededor de 16.6 millones de electores.  De 50 a los 64 años existe una cifra muy similar a la anterior, con 16.8 millones de registros.

Llama la atención, asimismo, los poco más de 10 millones de electores que se encuentran en el rango de 65 años y más.

Pero, ¿Por qué son importantes los jóvenes?  Los motivos son muchos.

En el rango de edad de la que estamos hablando y en términos estrictamente de votación, son los más activos, los que generan mayores exposiciones de los candidatos en eventos académicos, periodísticos, o bien, en lugares públicos.

Los jóvenes representan una nueva generación de ideas, de formas de ver las cosas y, hasta presentan iniciativas que nadie más propone.

Los jóvenes son la voz de nuestro mañana, exigen hoy más que nunca esquemas diferentes de hacer las cosas.  Exigen apertura, transparencia, rendición de cuentas, propuestas claras y realizables, honestidad, congruencia, cercanía, participación social, entre tantas más.

Si esto lo comparamos con nuestra clase política podremos observar fácilmente que la exigencia de este grupo tan importante de la población choca de frente, no encuentra salida y genera apatía y hasta desinterés en participar en las elecciones.

Por ello, tanto partidos, coaliciones, las instituciones electorales y órganos del Estado, deberán generar los esfuerzos suficientes para incentivar la participación de los jóvenes en las elecciones atendiendo sus demandas, de lo contrario estaremos, nuevamente, ante la sobra de un abstencionismo que está mostrando crisis de un sistema democrático que podrá ser muy consistente, pero no incluyente.

Hasta la semana que entra.

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