Durante el confinamiento y peor momento de la pandemia, un alto funcionario del sector salud fue duramente criticado por la sociedad por haber viajado. A su regreso declaró “Soy un idiota. Entiendo que la gente esté molesta conmigo. Como funcionario es mi responsabilidad no sólo cumplir las reglas sino dar ejemplo a otros.” Horas después, el funcionario presentó su renuncia. Estoy haciendo referencia a David Clark a quien un viaje le costó su puesto como ministro de Salud en Nueva Zelanda.   

La pandemia de Covid-19 estremeció al mundo entero y ha tenido consecuencias negativas para todas las naciones. No obstante, gobiernos como el arriba aludido lograron reducir notablemente los efectos de la pandemia. Lamentablemente, entre los gobiernos que no han tenido la capacidad de actuar responsablemente está el de México. 

La negligencia del gobierno de López Obrador ha costado vidas; al día de hoy, hay más de 130 mil familias que han perdido un ser querido. De acuerdo con un análisis de la Universidad John Hopkins, México ocupa el primer lugar de letalidad por Covid en el mundo: mueren 9 de cada 100 contagios registrados. Lastimosamente también ocupamos el primer lugar en el mundo en decesos de trabajadores de la salud: en promedio cada día mueren por Covid ocho.

Este fin de semana, en pleno pico de la pandemia y pese a ser el impulsor de la campaña #QuédateEnCasa, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, fue captado vacacionando en las playas de Zipolite, Oaxaca, sin cubrebocas y acompañado de otras personas. A su regreso, durante el informe diario sobre la pandemia y sentado frente a un letrero que decía “Quédate en casa” el funcionario declaró: “No tengo nada que ocultar. Efectivamente fui a la costa de Oaxaca. Fui a visitar a familiares muy cercanos”. Y prosiguió con la conferencia, como si nada hubiera pasado.   

En tanto, el presidente López Obrador salió a defender el trabajo que ha realizado su fiel peón: “Lo que puedo decir es que ha estado trabajando bastante y muy intenso. Ha estado cumpliendo cabalmente sus responsabilidades.” Es decir, para el presidente, sí se merecía unas vacaciones.   

Obviamente, hay un enojo generalizado entre la ciudadanía. Y no es para menos, porque no es posible que cuando miles de trabajadores del sector salud siguen al frente de la batalla contra el Covid-19, poniendo en riesgo su vida y sin ver a sus familias, el subsecretario decida irse de vacaciones a la playa.

El enojo no es exclusivo de la oposición. Incluso al interior de la 4T han surgido voces como la de la Jefa de gobierno de la CDMX, quien declaró que “estando la situación de la ciudad como está, no podríamos, de ninguna manera, tomarnos algún descanso.”  

La pregunta entonces es ¿por qué el presidente López Obrador insiste en mantener al subsecretario López Gatell?

Tengo tres respuestas:

1. Porque López Gatell en realidad ha sido una tapadera de López Obrador durante toda la pandemia. Por ejemplo, la decisión de no implementar a tiempo la medida del cubrebocas fue una decisión de López Obrador.  

2. Porque en determinado momento, lavándose las manos de cualquier responsabilidad, el gobierno de López Obrador culpará a López Gatell del pésimo manejo de la pandemia.

3. Porque destituir a López Gatell sería darnos la razón a la oposición. Llevamos meses exigiendo su renuncia por la ineptitud con la que ha manejado la pandemia. La petulancia obradorista nunca nos daría la razón, nunca aceptaría que cometieron un error.

Hay una diferencia abismal entre el ministro de salud de Nueva Zelanda y el subsecretario de Salud en México: se llama honestidad. El ministro de Nueva Zelanda fue honesto al aceptar su error y responsabilidad. En México día tras día comprobamos que la ineptitud y el cinismo matan. Es urgente un golpe de timón en la estrategia para enfrentar la pandemia. No podemos dejar en manos de ineptos sinvergüenzas el plan de vacunación. 

Jesús Zambrano Grijalva

@Jesus_ZambranoG