Desde 1997, he sido crítico de Andrés Manuel López Obrador. Coincido con sus objetivos, pero no con sus procedimientos y, mucho menos, con su estilo centralizado y rijoso de gobernar.

Hoy me dio una grata sorpresa por su participación en la Cumbre de Líderes de América del Norte. Por primera vez, le escuché un discurso cercano –solo cercano- al que diría un presidente y no un líder de masas.

Me queda claro que Canadá y EUA son los hermanos exitosos, con México como el hermano que trata de salir adelante, a veces sin saber cómo, ni por dónde. Así que, difícilmente AMLO podía utilizar su acostumbrado discurso de descalificación.

Su alocución fue hábil para introducir los temas de interés para la 4T. Con datos duros –y no “otros datos”- comparó productiva y comercialmente a América del Norte frente a China; las cifras no son gratas: “De mantenerse la tendencia de la última década, (…) para el 2051, China tendría el dominio del 42 por ciento del mercado mundial y nosotros, Estados Unidos, México y Canadá, nos quedaríamos con el 12 por ciento (…) lo cual es inaceptable”. De ahí derivó a plantear la necesidad que tienen nuestros vecinos de nuestra mano de obra, de la migración organizada.

Resulta difícil saber si Biden conseguirá la aprobación para su nueva política migratoria para los que ya viven en EUA o para apoyar la contención de los centroamericanos, dado su bajo nivel de apoyo popular. Como sea, Biden dio un indicio que insistirá.

En sus argumentos pro-migración, AMLO remató: “¿Por qué no podemos producir en América del Norte lo que consumimos? Claro que sí, es asunto de definición y de estrategia económica regional. Esto pasa por planear conjuntamente nuestro desarrollo y por impulsar un programa de inversión productiva en América del Norte para la sustitución de importaciones. Deben definirse de manera conjunta objetivos muy precisos y hacer a un lado mitos y prejuicios.”

Desde luego, entre líneas quedaron muchos asuntos pendientes, uno más delicado que otro. ¿Desistirá AMLO de la contra-Reforma Eléctrica a cambio de una nueva política migratoria tripartita? ¿Seguirá el ejemplo de la estrategia anti-COVID de nuestros vecinos?, esto es, comprar los nuevos medicamentos contra la epidemia y vacunar niños, no solo a próximos electores. ¿Modificará, aunque sea un poco, la política energética para alinearse en el combate al cambio climático?

Mucho me temo que a López Obrador le pasará como a muchos mexicanos cuando viajan al exterior: allá se comportan como de primer mundo y cuando regresan vuelven a lo mismo.

Veremos…

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Y de este lado de la frontera, comento a mis lectores sobre otra sinergia entre la sociedad civil organizada y la autoridad gubernamental. Cada vez más empresas y grupos sociales que se suman a las causas de Fundación Azteca, nos informó la presidenta de su Consejo Directivo, Ninfa Salinas Sada.

De ello se dio muestra en la Tercera Cumbre de Emprendimiento e Innovación Social, cuyo propósito es poner al alcance de todos, herramientas y habilidades para transformar positivamente a México y reactivar nuestra economía de manera sostenible. Ello, a través del impulso a la innovación y la creatividad a fin de construir prosperidad con salidas más eficientes.

A la causa se sumaron el British Council, con su programa Active Citizens, Impact Hub y Ashoka, así como Bimbo, Coca Cola y Total Play, todos reafirmando el compromiso de apoyar a emprendedores y esfuerzos para crear un México incluyente.

La Cumbre contó con el apoyo del gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta, que una vez más apoyó con la sede para este importante encuentro.

Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mx

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