Por José Luis Ortiz Santillán

Al iniciar el nuevo año, 2022, deberíamos estar hablando de los planes de reactivación económica en México y el resto del mundo, luego de la crisis económica que ha traído consigo la pandemia del COVID-19. Sin embargo, lejos de ello, el planeta entero está siendo barrido por una nueva oleada de la variante “Omicron” del COVID-19 y todo parece indicar que ningún país se salva de su impetuoso avance.

África, Asia, Europa, América y Oceanía, ningún continente está a salvo del aumento vertiginoso de los contagios provocados por la variante Omicron del COVID-19; aun cuando, todo parece indicar por los despachos de prensa, que Europa y los países de América del Norte son la fuerza impulsora de la expansión de la pandemia, con una América Latina cada vez más afectada por esta nueva variante; que, aunque no ha aumentado el número de fallecimientos por la vacunación previa, no deja de afectar el sistema hospitalario y funcionamiento de las economías nacionales.

El número de contagios está aumentando en América Latina. El 23 de diciembre de 2021 México tenía 3,319 casos nuevos, 7 días después, el 4 de enero, habían aumentado los casos nuevos hasta 15,184, prácticamente 4 veces más; en tanto que, en Argentina el número de nuevos casos se ha duplicado entre el lunes y martes pasados, de 2,234 casos el 27 de noviembre pasó a 81,280 casos, cuando el 23 de diciembre ya tenía 13,456; mientras que Brasil, pasó de 3,226 casos el 22 de diciembre a 9,855 este pasado martes 4 de enero, de acuerdo a las estadísticas de Reuters.

Lo mismo está sucediendo en otros continentes. El número de casos está aumentando en Asia, el último continente que había resistido la onda de “Omicron” y el programa chino de cero contaminaciones; los datos de la web señalan que, la tasa de incidencia ha aumentado un tercio en sólo una semana en todo el continente, pese a que sigue siendo 40 veces más baja que en Europa; mientras que, Japón volvió a superar los mil casos nuevos en un día el martes 3 de enero.

La mayoría de los países están discutiendo nuevos planes para enfrentar la nueva ola de infecciones por el COVID-19. Hong Kong anunció el miércoles nuevas restricciones y suspendió los vuelos aéreos con Francia; Singapur, al igual que México, está programando ya una dosis de refuerzo para validar los pases de salud; Argentina ha establecido un pase de salud para mayores de 13 años, tal como lo han hecho algunos países en Eurtopa. Sin embargo, en China, el número de nuevos casos parece estar disminuyendo después de la puesta en marcha de las drásticas medidas de contención locales; pero en Turquía e Israel, el número de casos alcanzó ya su punto máximo, pese a que Israel tenía prácticamente a toda su población vacunada.

En conclusión, la reactivación económica parece enfrentada a una pandemia que sólo vencerá el descubrimiento de una vacuna definitiva que le ponga fin. La pandemia sigue progresando en todo el planeta: Europa, con una tasa de incidencia récords, sin precedentes en Dinamarca, Irlanda, Grecia, Reino Unido y Francia, siguen siendo el motor de la propagación del COVID-19; mientras que Estados Unidos, anunció el 1 de enero que la variante “Omicron” representó más del 95% de los casos positivos en el país, superó el millón de nuevas infecciones solo el lunes, todo un récord, si consideramos que de 216,312 nuevos casos registrados el 29 de noviembre pasado, progresaron éstos a 1,018,935 al 3 de enero.

No obstante, el sombrío y aterrador panorama global provocado por el COVID-19 y sus variantes, en esta ocasión se ha enfrentado a las campañas de vacunación en progreso alrededor del planeta y el número de muertos ha descendido. En el planeta, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), no había registrado tan pocas muertes provocadas por el COVID-19 en más de un año. En todos los continentes y países más afectados, el número de muertos ha descendido, mostrando que la única alternativa frente a la muerte sembrada por la pandemia es la vacunación.

Un ejemplo de ello lo ofrece el Reino Unido. Hoy Inglaterra cuenta con un nivel elevado de inmunización frente al COVID-19, de acuerdo a la OMS, debido a que desarrolló una campaña intensiva de vacunación y fue uno de los países que sufrió un levado contagio en 2020, lo que hace que su población tenga un alto nivel de anticuerpos contra el COVID-19; además de haber desarrollado una campaña de vacunación de la tercera dosis rápidamente, que le ha permitido contar hoy con el 50% de la población vacunada, mucho más que el 30% de la media de la Unión Europea. En este sentido, no hay alternativa frente a la pandemia que vacunarse y contar con la tercera dosis.