José Luis Ortiz Santillán

El sueño de Jesús Seade era convertirse en el Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC), para ello renuncio al gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador. Finalmente, no fue mexicano ni coreana la nueva Directora General de la OMC, sino africana; se trata de Ngozi Okonjo-Iweala, quien ha emprendido un increíble viaje para llegar a ocupar esa posición; ella debió vencer la guerra de Biafra, la toma de rehenes maternos, el sexismo y la discriminación racial; a exministra de Finanzas nigeriana ha enfrentado tantos problemas en su vida que, lejos de hundirla, le han permitido forjar un carácter de acero, inquebrantable y su nombramiento rompe con todos los esquemas.

En las reuniones internacionales, aún se le ve vestida conjuntos tradicionales de algodón estampado, en colores brillantes y turbantes, tradicionales de África. Por qué no podría ser así, acaso llegar a posiciones de tan alto nivel implica renunciar a nuestras tradiciones y a nuestra cultura que nos llevó ahí, de algún modo. A los sesenta y seis años, Ngozi Okonjo-Iweala será quien tome las riendas de la OMC por los próximos cuatro años.

El nombramiento Ngozi Okonjo-Iweala corona la derrota del presidente Donald Trump. El expresidente de Estados Unidos fue el único que defendió a la otra candidata, la ministra de Comercio de Corea del Sur, Yoo Myung-Hee; de esta forma, la OMC no solo estará dirigida por primera vez por una mujer, sino que también será la primera vez que una mujer de origen africano asuma la jefatura de una organización internacional multilateral.

Pero la Señora Ngozi Okonjo-Iweala no es nueva en estos foros internacionales; pues en 2012 se postuló para la presidencia del Banco Mundial. En ese año la apoyaban The Economist, Financial Times y Le Monde; pero no pudo superar el reparto de los organismos multilaterales internacionales entre los países desarrollados, la costumbre de que un estadounidense presida los destinos de la del Banco Mundial y un europeo al Fondo Monetario Internacional (FMI); lo cual facilitó que el candidato de Washington, el surcoreano Jim Yong Kim fuera elegido.

Los medios han calificado a Ngozi Okonjo-Iweala no sólo como una nueva Dama de Hierro sino como una mujer de choque. La nigeriana buscará sacar del hundimiento a la OMC para poder reactivar la economía mundial y poner fin al nuevo proteccionismo comercial que promovió el expresidente Donald Trump, con el apoyo de los 164 países miembros, entre ellos los Estados Unidos del presidente Joe Biden; con lo cual, el próximo 1 de marzo comenzará a escribirse una nueva historia del comercio mundial.

Ngozi Okonjo-Iweala, luego de su nombramiento, pidió el apoyo de los países para reconstruir la OMC. La nigeriana señaló que era necesario construir una OMC, para garantizar la recuperación económica, completa y rápidamente, hoy devastada por la pandemia de COVID-19; precisando que la OMC “se enfrenta a muchos desafíos, pero trabajando juntos podemos hacer que la OMC sea más fuerte, más ágil y mejor adaptada a las realidades de hoy”, precisó.

Luego de años de estancamiento del comercio mundial, debido al resurgimiento del proteccionismo comercial con Donald Trump, de una absurda guerra comercial y de la imposición de sanciones económicas aquí y allá, la llegada de Señora Ngozi Okonjo-Iweala y del presidente Joe Biden en los Estados Unidos, abre la posibilidad de reactivar la liberalización del comercio y darle a la OMC un nuevo impulso, en su búsqueda de hacer del planeta una unión aduanera universal; para lo cual, los países miembros cuentan con una mujer de fuerte voluntad y determinación, que trabajará sin descanso por el libre comercio, en beneficio de todos los pueblos de todo el mundo, de acuerdo a la exdirectora del FMI y hoy presidenta del Banco Central Europeo (BCE), la francesa Christine Lagarde,