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Por J. Eleazar Ávila


Hay tantas cosas en común entre Miguel Ángel Mancera y los operadores del PRI, que el llamado “Club de las Cabecitas Calientes” ha dado rienda suelta en presumir, que además de Miguel Ángel Osorio y Luis Videgaray, el presidente Enrique Peña Nieto tiene como candidato alterno al jefe capitalino.

A estas alturas del sexenio nada me parece ajeno o un disparate; especialmente si como dijo en la semana el dirigente del PRD en el Senado, Luis Miguel Barbosa: “No ha anunciado -Miguel- un proyecto de esa naturaleza, creo que ya es hora que lo piense hacer”.

Tiempos de alta imaginación que, si se trata de maquinar escenarios, con o sin razón, el autoproclamado Mejor Alcalde del Mundo 2010 (World Mayor Prize) por la fundación inglesa City Mayors, Marcelo Ebrard, señala que sus males son producto de una alianza del mandatario mexicano con el jefe de la ciudad.

Marcelo puso el grito en el cielo cuando la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le retiró la candidatura a una diputación plurinominal por el partido Movimiento Ciudadano. Primero en Twitter expresó aquello de “me están retirando el registro 4 a 1, el Verde y el PRI se salen con la suya para que yo no pueda participar como candidato”, para luego asegurar que el gobierno de Peña, en una operación del secretario de Gobernación, Osorio Chong, “ejercieron una presión impresionante” y que ambos, con Mancera “le hicieron el paquete”, por decirlo en términos de lucha libre.

Y por ello Ebrard grita a los cuatro vientos. Que busca el cobijo del Comité de Derechos Humanos de la ONU con sede en Ginebra, además de la salvación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos situada en Washington porque aquí, la justicia no vale.

Descabellado o no, el tema está en los círculos del poder, en los bares de Masarik, las casonas de Las Lomas, la calle de Chivatito, el cruce de Insurgentes y Reforma y por supuesto que en el edificio la Cámara de Diputados.

El mismo dirigente del PRD afirmó en abril que para “dar el viraje que necesita la conducción del país”, Miguel Ángel Mancera es considerado como carta importante a la presidencia de México para los comicios federales de 2018.

No hablamos pues de memoria, y más cuando el jefe capitalino, suavecito, no se complica la vida, hace alianzas. Y de aquel cuidadoso del lenguaje que dijo que el DF estaba blindado contra el crimen organizado, ha terminado por aceptar lo que hoy es inevitable. La permanencia nada sutil de los muchachos traviesos de los cárteles.

En fin, que avanza el proceso electoral 2015 y en el contexto vamos a ver si Mancera y asociados, finalmente le hacen justicia a los capitalinos y las agallas alcanzan para dejar de pellizcar el ego rosa del carnal Marcelo y como se dice en el norte, “le entamban” por pasado de verde con el metro y otros negocios.

Colofón: Que así como Mancera es carnicero, ya veremos si en su ausencia la tablita 2018 le pone a salvo, o si como todos en la historia, se convierte en res de quien le supla en el trono capitalino.

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