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Por: Daniel Lecanda

Los amantes del fútbol, sea cual sea sus colores tienen que estar felices, el 10 del Barça ha regresado.
Me tomo el tiempo de escribir este artículo en el cual le doy la bienvenida al fútbol mágico de élite, de asombro, de estado puro, de ilusión, de alegría que nos tenía acostumbrados. Messi está de regreso después del bajón que tuvo las últimas dos temporadas. Bienvenido de nuevo Lionel Messi Cuccittini.

Busco un adjetivo para catalogar a Messi, pero es imposible, le quedará chico, prefiero evitarlo y disfrutar de lo que nos regala partido tras partido.
Cualquier amante del fútbol es amante de Lionel Messi. La gente que opina que otro jugador es mejor o que es cuestión de estilos; mienten, y ellos lo saben. Bendita ignorancia. Por otro lado, los que saben de fútbol innegablemente lo consideran el mejor jugador del mundo. Para mí el mejor de la historia.

No pretendo que la gente esté o no de acuerdo conmigo, pretendo explicar la manera de jugar de Messi, que probablemente es inexplicable para mí como para los entrenadores y jugadores que lo estudian durante semanas para tratar de detenerlo. No sigamos analizándolo, sigamos disfrutándolo. No tratemos de detenerlo, tratemos de verlo cada partido. Pep lo dijo hace unas semanas: "es imposible de parar".


Los focos futbolísticos apuntan el número 10 blaugrana cada partido, las cámaras enfocan diferentes ángulos y posiciones del Rosarino, esperando el momento en que coja el balón. Esperando que haga una genialidad de la que nos tiene acostumbrados, el problema es que cada vez nos acostumbra más, nos vuelve mas exigentes.

En este momento no se puede hablar de algo más que de él y el estado de gracia y plenitud que pasa, en plena forma como cuando tenía 21 años, otra vez ese Messi ha resurgido, que lástima que no estaba a ese rendimiento en el mundial de 2014 porque a este nivel sin duda Argentina hubiera sido campeón.
Lío posee una visión periférica admirable, regatea entre tres rivales y abre el juego, visualiza el cotejo cinco segundos antes que cualquier otro. Tiene un regate preciso, con el balón amarrado siempre a sus botines, el corre por donde quiera y nadie le puede detener, me he puesto a pensar en que manera detener a Messi y mi cabeza explota, Messi es indefendible. incluso cuando lo tiran se incorpora para seguir jugando, para marcar y asistir.

Mientras Messi quiera, el Barça ganará todo. No existe fórmula o cerebro humano para detenerlo. Ni el muro de Berlín podría pararlo el Sábado en la Final de la Champions.
No se de que mundo viene pero sé que vive en el nuestro.
Decidió Liga y Copa, decidirá la Champions? Estoy seguro.

@daniellecanda