Desde que tenemos uso de razón política y a través de la pequeña historia que conocemos, siempre nos han parecido interesantes los antihéroes. Los perversos, los antagonistas, los diablos, los duros, los terribles, los que habitan el lado oscuro de la vida.
En contra parte, siempre he vomitado a los tibios, a los frágiles, a los débiles, a los “mandilones” y a todos aquellos a quienes se les cruzan –como dijimos ayer- las suprarrenales y que, por lo mismo, no les sube el agua al tinaco. Los limitados de pensamiento, los pobres de corazón, los mediocres, los que no se arriesgan.
Por ese motivo es que nos parece altamente atractivo y prioritario que llegue al CEN del PRI un hombre del perfil de Manlio Fabio Beltrones Rivera. Sonorense desde 1952 y del que hemos leído todo lo permisible. La mayoría, datos en su entorno, historias, leyendas de buena y mala fe que le ubican con todos los epítetos, que para ciertas cosas, son un aplauso.
Para sus detractores ha sido y lo pongo entre comillas. “Narco, asesino, cómplice del crimen de Colosio, terso en sus relaciones y saben a que me refiero” y lo que Usted le quiera agregar, pero nadie le ubica en el paquete de lo que falta por estos tiempos. Entereza, destreza, talento y mano firme.
Camaleón, serpiente, escorpión lo que su imaginación le de, es para muchos The Mexican Underwood, fiel en muchos sentidos al personaje de la serie de Netflix The House Of Cards. Ese es el asunto que muchos consideran símil, análogo con un guión enriquecido por las circunstancias nacionales.
Y en lo que viene, sentarse y ganar las 12 gubernaturas o la mayoría de ellas para que en la aclamación, nadie le escatime privilegios de ser aspirante a la Presidencia de México en 2018. Si, ya abemos que el Presidente Enrique Peña Nieto ha dicho misa en Insurgentes.
El sambenito de que el nuevo dirigente no será candidato, pero como bien sabemos “casi nadie le toma en serio”, seguro, que ese no será impedimento. Lo digo entre tantas ideas sueltas, de que hoy es mal negocio enojarse entre otros con Marco Antonio Bernal. Es más sáquelo de su catálogo de malas ideas.
Mientras tanto, hemos de decir que llegará el CEN un priista de peso completo, que no es necesariamente apología. Es solamente la consecución de este mito que incluye un paquete que muchos políticos de hoy, específicamente el reguero de tecnócratas no tiene.
Y vamos a ver que, para los enterados, el trabajo de Manlio irá mucho más allá de ser dirigente del PRI. Será un todopoderoso presidente del PRI, un tema que hace sexenios no se ve. Quizá el más sólido antes de esta etapa que está por iniciar es el ícono llamado Luis Donaldo Colosio Murrieta.
En medio de Colosio y Manlio se registra una etapa de oscurantismo político. Muchos de los que fueron, llegaron al antojo y no a la conveniencia de los que hoy sabemos, sin arrebatos estomacales, es una de buenas cosas que ha decidido para bien el inquilino de Los Pinos.
Olé…
OTROSI: Y el PRI va por todo… 12 de 12.
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