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viernes, 30 de octubre de 2015

Sin punto y Coma / Mendicidad política

Vladimir Galeana Solórzano

Cuando en los centros de formación profesional se enseña la materia de Ciencia Política, de forma romántica es apartada de la condición humana para evitar una distorsión en los futuros profesionales. Quizá esa es una forma de buscar que la probidad este por encima de todo en la práctica pública, pero habrá que reconocer que se ha fracasado y que se requieren nuevas formas de buscar, desde las aulas, esa decencia que por ahora pareciera que muchos de nuestros políticos no tienen. Y no es que la decencia sea algo muy difícil de encontrar, simplemente es que las tentaciones del dinero se sitúan por encima de cualquier intento por permanecer incólume ante la tendencia de apropiarse de los recursos públicos simplemente porque no existen controles en suficiencia para evitar su mal uso. En eso consiste la mendicidad política, porque las conductas impropias se han vuelto cotidianas y pocos son los hombres y mujeres que prefieren entregar buenas cuentas antes que disfrutar plácidamente de los placeres mundanos que propicia el dinero.

En el imaginario político de este país la democracia está por encima de todo, y se presenta como la solución a los problemas surgidos por los usos y costumbres de nuestro sistema político. El problema es que en la mayor parte de las veces los simples ciudadanos no tienen mucho que ver con las decisiones que marcan el destino de los pueblos. Para decirlo de otra forma más clara, cuando los hombres y mujeres deciden con su voto a quien elegir en los procesos electorales, la lista de candidatos ya ha sido decantada y finalmente se presentan aquellos que de una u otra forma tienen compromisos con los grupos políticos o empresariales, que son quienes finalmente marcan el rumbo y deciden el camino que debemos recorrer los mexicanos.

Al menos eso es lo que muestra y demuestra la conversación que sostuvieron el señor Ulises Ruiz Ortiz, ex Gobernador de Oaxaca y Delegado del PRI en Quintana Roo, y el empresario Hugo Scherer Castillo, para promover una campaña contra Alejandro Murat y asegurar la candidatura de Eviel Pérez Magaña a la gubernatura de Oaxaca por el PRI. En lo personal no sé si los alcances de quienes sostuvieron la conversación sean lo suficientemente fuertes como para decidir quién tiene que regir el destino de los casi cuatro millones de oaxaqueños, pero lo que si me queda claro es lo que significa el señor Ulises Ruíz y lo que representa.

Lo que verdaderamente pretende el señor Hugo Scherer Castillo no es otra cosa que dinero, así de simple. Aunque al final del camino ambos lleguen a lo mismo: poder y dinero, que son las condicionantes que mueven la conciencia de los hombres. La conversación que circuló en redes sociales, y que difícilmente podrán decir que es falsa o truqueada, muestra en su plena desnudez la mendicidad de políticos y empresarios, la sociedad más usual en el ejercicio del poder público, que es la que tiene y mantiene al país y a su gente en las peores condiciones posibles. Al tiempo. Vladimir.galeana@gmail.com

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