Carlos Ravelo Galindo

Leer  es comunicarse, soñar, imaginar, entretenerse, aprender, conocer... Desarrolla el vocabulario, la comprensión y  otorga un pensamiento crítico.

“Lee  más y mejor.  La conversación  hace al hombre ágil. El escribir, preciso  y la lectura, completo”.  Dijo el  filósofo  y estadística británico Sir Francis Bacon –nació en l561—en 1626, días antes de morir.

La prosodia nos enseña su manejo.  La sintaxis su aplicación. La gramática, su buen uso Son imperecederas. Veamos. No, mejor leamos.

Las letras pueden ser únicas: ADN
Pueden ser  sobrias: AA
Las letras pueden tener mayor contenido: ETC
Pueden dar placer: G
Las letras pueden ser un parámetro: IQ
Pueden tener  mucho peso: KG
Las letras pueden ser  alucinantes: LSD
Pueden ser profundas: OM
Las letras siempre tienen algo  más que decir: PD
Pueden  ser implacables: RIP
Las letras anuncian el peligro: TNT
Pueden ser de socorro: SOS
Las letras  hablan de grandes: XL.
Pueden ser  un alivio: WC
Las letras  denotan inteligencia: XXX
Pueden ser de final: Z
Y  de orientación:   Ahí

Para ilustrar este último narremos una anécdota ocurrida  en el entonces bello puerto de Acapulco.

Una mujer y un hombre se conocen en la barra de un bar, de conocido  hotel. Inician la charla entre trago y trago. Los lleva a tal amistad que la dama, al retirarse, lo invita a su habitación. Y le da el número.

Como cortesía, luego de pedirle aguarde un rato. No prenda la luz al llegar.  Y le da su nombre: Inés.

Dos tragos más apura el caballero y se dirige a la habitación de la dama. Pero, por su estado,  equivoca el número del cuarto y entra a otro, también de una señora. Ya de edad.

A obscuras comienza a llamarla: Inés, Inés, Inés.

Llega a la cama y empieza a palpar el cuerpo. Repite de nuevo Inés. Inés. Inés.

Escucha, entonces, una voz  ronca que le da ubicación, al pronunciar: “Yo no soy Inés… pero por ahí es”.

Eso es prosodia, ortografía, sintaxis y, claro, orientación.

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