Este viernes en Oslo, el Premio Nobel de la Paz 2016 fue otorgado al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, por sus esfuerzos decididos para lograr la paz, pese al fracaso del referéndum sobre los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia-Ejercito del Pueblo (FARC-EP), según el comunicado del Comité Nobel.
El Comité precisaba que “con la concesión del Premio de la Paz de este año para el presidente Juan Manuel Santos, el Comité Nobel Noruego desea animar a todos aquellos que se esfuerzan por lograr la paz, la reconciliación y la justicia en Colombia”, según el comunicado, que recalcaba que “El propio presidente ha dejado claro que seguirá trabajando por la paz justo hasta su último día en el cargo”; en una lucha fratricida que ha provocado más de 260 mil muertos, 45 mil desaparecidos y casi 7 millones de desplazados en Colombia y en el mundo.
Desde 2015 muchos esperábamos que se les otorgara el Premio Nobel de la Paz al gobierno de Colombia y a las FRAC_EP, por sus esfuerzos conjuntos para lograr la pacificación de Colombia; después que en 1993 el Nobel de Paz fuera otorgado a Nelson Mandela y Frederik de Klerk, por poner fin al régimen de apartheid en Sudáfrica; y en 1994 a Shimon Peres y al presidente palestino Yaser Arafat, por sus esfuerzos para lograra la paz en Palestina.
Al respecto, la ex candidata a la presidencia de Colombia, secuestrada y liberada por las FARC-EP en 2008, Íngrid Betancourt Pulecio, en una entrevista telefónica en el canal francés I-Télé, respondió a la pregunta sí quienes “la secuestraron se merecían también haber recibido el Nobel de la Paz”, que sí, “para mí es muy duro decir que sí, pero creo que sí” merecían recibir conjuntamente el premio, afirmó la franco colombiana. Posteriormente en el canal francés “France 24”, señaló que el premio a la paz se les da a quienes hacen la paz.
Uno de los principales enemigos del as FARC-EP, el ex presidente Álvaro Uribe, apuesto a los acuerdo de paz y principal líder por el NO en el reciente plebiscito para ratificar los acuerdo de paz, escribió en su cuenta de Twitter: “Felicito el Nobel para el presidente Santos, deseo que conduzca a cambiar acuerdos dañinos para la democracia”, precisaba Uribe quien varios abogados colombianos ya han denunciado por delitos de “fraude al sufragante y concierto para delinquir” ante la Corte Suprema de Justicia de Colombia, acusándolo de manipular a los votantes en el reciente referéndum sobre los acuerdo de paz para que votaran NO, provocando el rechaza a los mismos por 50.21% respecto al 49,78%.
Sin embargo, tanto el Comité como el propio presidente Juan Manuel Santos afirmaron que el Nobel era un homenaje a los colombianos, a las victimas de la guerra y a todas las partes involucradas en el proceso de paz, que después de cuatro años lograron la firma de los acuerdos entre el presidente Santos y Rodrigo Londoño, “Timoshenko”, líder de las FARC-EP, para poner fin a más de 52 años de guerra entre los colombianos.
Precisamente, el propio Timoshenko felicitó al presidente de Colombia a través de su cuenta de Twitter, señalando que “El único premio al que aspiramos es de la #PazConJusticiaSocial para #Colombia sin pamilitarismo, sin retaliaciones ni mentiras #PazALaCalle” y “Felicito al presidente Juan Manuel Santos, a garantes Cuba y Noruega, acompañantes Venezuela y Chile sin los cuales seria imposible la Paz”, precisaba en sus dos mensajes alusivos al Premio Nobel de la Paz 2016.
El presidente Juan Manuel Santos, después de enterarse del otorgamiento del premio, en su alocución dijo: “Recibo este reconocimiento con gran humildad y como un mandato para seguir trabajando sin descanso por la paz de los colombianos. A esta causa dedicaré todos mis esfuerzos por el resto de mis días. Gracias a Dios, la paz está cerca. La paz es posible. Es la hora de la paz…”, señalaba.
Más adelante dejaba claro que recibía el premio no a su nombre propio “sino a nombre de todos los colombianos, en especial a las millones de víctimas que ha dejado este conflicto que hemos sufrido a lo largo de más de 50 años. Colombianos, este premio es de ustedes”, subrayó, diciendo: “Los invito a todos que unamos nuestras fuerzas, nuestras mentes y nuestros corazones en este gran propósito nacional para que así, todos ganemos el más importante premio: la paz de Colombia… debemos reconciliarnos y unirnos para culminar este proceso, y comenzar a construir una paz estable y duradera”, precisaba el presidente colombiano.
El presidente Juan Manuel Santos desde su cuenta de Twitter, @JuanManSantos, había dicho antes: “Esta honrosa distinción no es para mí, es para todas las víctimas del conflicto. Juntos ganaremos el premio más importante de todos: LA PAZ”. Antes, al enterarse de los resultados del referéndum había dicho: “Voy a seguir buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato, porque este es el camino a seguir para dejar un país mejor para nuestros hijos”, comprometiéndose a concretar los acuerdos y la paz en Colombia.
Parecía inexplicable que el ministro de defensa del presidente Álvaro Uribe, quien golpeara a las FARC bombardeando su campamento en la frontera con Ecuador en 2009, que luego de concretar los acuerdos de paz con las FARC-EP, recibiera el Nobel de la Paz, pero siempre estuvo convencido de la necesidad de lograrla, desde los años noventas se esforzó para ello. Así que cuando tuve la oportunidad de saludarlo en diciembre de 2012, durante la toma de posesión del presidente Enrique Peña Nieto, y le dije: “Señor presidente, sí logra la paz en Colombia será el próximo Premio Nobel de la Paz”, no le hablé de algo que no quisiera lograr y no me equivoqué entonces.
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