Por segunda vez el ejército arriba al Estado de México, de manera rotunda, con 3 mil efectivos de las fuerzas federales, con todo el poder y claridad sobre la misión que va a desarrollar: preservar la integridad de sus habitantes, su patrimonio y sus instituciones. Se visibilizó y tomó posesión de su papel con mil 500 soldados, mil 500 policías federales y 150 marinos concentrados en los ocho municipios de mayor incidencia delictiva, de acuerdo con lo señalado por la Procuraduría estatal: Naucalpan, Tlalnepantla, Tultitlán, Chimalhuacán, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tecámac y Valle de Chalco, territorios que concentran la mayor población del estado y donde hay que afinar la lupa y todo esfuerzo.
El mensaje implícito fue claro: se trata de llegar a las elecciones de 2017 con una ciudadanía que se sienta segura, protegida, la que en los últimos años ha vivido una realidad cruenta en este sentido y cuyos temas de preocupación han ido desde el delito hormiga, el robo a casa habitación, el secuestro, la extorsión, los asaltos a mano armada y a vehículos, hasta los feminicidios, pasando por los cárteles de la droga o el crimen organizado.
El destino del Estado de México se escribirá en 2017 con el partido y candidata o candidato que gane en junio, tome posesión en septiembre del mismo año y defina el rumbo. Con la experiencia vivida en los comicios de este año, juegan en el proceso, los fantasmas y demonios propios de las redes sociales, del voto oculto y las alianzas entre partidos de ideologías opuestas que contribuyen junto con la inseguridad a la exacerbación del ánimo social. No es posible desconocer que el territorio está minado por facciones intencionadas de penetrar al estado y su hasta hoy sólida clase política, que existen grupos organizados con recursos que buscarán influir en el destino de la entidad a fin de ganar en prebendas y libertad de operación.
Si percepción es realidad, es en este sentido que se busca impulsar la sensación que la entidad está protegida, cuidada, en marcha y que los delincuentes se guardarán de actuar, que el ejército está para evitarlo.
Es la hora de la verdad, de llevar tranquilidad a los mexiquenses. El Estado Mexicano con todos sus activos y estrategias, con energía y decisión ha de garantizar las condiciones de una convivencia armónica en la entidad. Es ahora o se estará escribiendo el capítulo final del grupo en el poder.
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