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lunes, 7 de enero de 2019

Comentando / Poder ensoberbecido: destino, el fracaso

* No aceptar críticas y reaccionar con encono, inestabilidad manifiesta

Luis Repper Jaramillo*
lrepperjaramillo@yahoo.com

Es fácil criticar, señalar, vituperar, acusar cuando en busca de votos se trata. En discursos simplistas “cachavotos” es sencillo y hasta cobarde señalar con índice de fuego que tal o cual mandatario no cumple, “que la delincuencia se infiltró en las policías y autoridades de los tres niveles de gobierno”, que “cuando llegue a partir del 1 de diciembre las cosas cambiarán”… bla, bla, bla.

Si bien, en este extraordinario espacio exhibí, comprobé las vergonzosas cifras de asesinatos dolosos por la estúpida “guarra fallida” contra el crimen organizado que emprendieron los sexenios de Felipe Calderón (PAN) y de Enrique Peña Nieto (PRI) que produjeron más de 240 mil fallecidos entre buenos, malos y “daños colaterales” no debe ser motivo de reto o burla de Andrés Manuel, para “justificar” que en su gobierno estos atentados “van a la baja, ja, ja, ja” cuando por incapacidad, desconocimiento, colusión, corrupción o falta de perfil profesional para el cargo, ven la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

Culpar al Periódico Reforma, de falsear cifras, para enjugar fallidas acciones, marcará para los próximos 6 años, “lanzar la piedra y esconder la mano”, es decir, señalar a terceros para no asumir responsabilidades.

El matutino sólo publica datos investigados y otros extraídos de cifras oficiales que de suyo, incomoda al mandatario federal, pero son evidencias de una realidad que lastima.

Esta cifra es contundente, en sólo 33 días de administración amlista, de su 4T (1 de diciembre de 2018 al 3 de enero de 2019) los guarismos nefastos señalan más de mil 900 asesinatos dolosos en el país, en promedio 57.2 personas al día. Dato vergonzoso cuando un solo atentado es muestra de incapacidad o colusión.

Cuando la prueba es contundente, la salida fácil es lamentable. En una “mañaneras” en Palacio Nacional, López Obrador minimizó la pregunta de un reportero que refería a los asesinatos dolosos en el país. Con sobrada y arrogante actitud respondió: “yo sostengo que aún con pequeña disminución, hay una tendencia a la baja a partir de que entramos” (57.2 asesinatos dolosos al día).

Esto me llama a la duda: cuando una autoridad oficial INEGI, Secretaría de Seguridad Pública, PGR, etc. dan sus cifras hay que aumentarle el doble o una cuarta parte, porque siempre minimizan para justificar que “trabajan” o que tienen “bajo control al hampa”.

Más aún, en su encono contra Reforma, la 4T arremete defendiendo sus números. Es el propio titular de la SSP Alfonso Durazo, tratando de aumentar cifras favorables sumó robo de autos y huachicoleo, cuando el tema central de la pregunta era los homicidios dolosos. “Dime de qué presumes y te diré de que careces”.

Otra fatuidad de AMLO en el mismo encuentro con los medios, de la que muchos dudaron: “de acuerdo con cifras oficiales en los primeros días de mi gobierno se registraron mil 804 homicidios dolosos en diciembre; mientras que en noviembre el registro ascendió a 2 mil 686” ¡qué barbaridad! Qué diferencia puede haber cuando en más de 1800 familias se quedaron si padre, viudas, madre, hijos, desintegrado el vínculo social más importante de un país. “La tendencia va a la baja” es la peregrina justificación.

El 4 de enero de 2018 en plena campaña preelectoral AMLO prometió que “ante la inseguridad que sufre México, crearé la Secretaría de Seguridad Pública, al frente de la cual situaré a Alfonso Durazo, y acabar con la violencia en tres años”.

En ese periodo el candidato de Morena centró su proselitismo con reproches constantes al Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto y el candidato del PRI, José Antonio Meade, por la desastrosa inseguridad que sufre México, y por haber disuelto la Secretaría de Seguridad Federal, al inicio del sexenio peñista.
Su promesa electorera fue “devolver la paz y tranquilidad a nuestro querido México”, sin embargo en sólo 33 días de su gobierno, ya suman más de mil 900 masacrados, que si tanto presume “pequeñas diferencias”, por mes en los sexenios de Calderón y Peña fueron de 2 mil y un piquito, ¿hay mucha diferencia con los actuales 2 mil?

La presentación del Secretario de Seguridad Pública Federal, fue parcial, incompleta, sin profundidad. Tanto a AMLO como a Durazo les falto el rigor de análisis entre el número de delitos y las acciones de gobierno para llegar a los datos alegres de “a la baja” .

Durazo Montaño no relacionó el supuesto descenso con las acciones disuasivas y de  intervención policiaca para paliar los ataques de la delincuencia organizada. No evaluó las formas de comportamiento de los delitos versus ataques perversos contra las víctimas. Defienden sus datos incompletos entre la agresión en relación al comparativo de 100 mil habitantes; ambos dieron cifras aisladas.

El Ejecutivo Federal apuesta a su promesa de en 3 años acabar con la violencia con uno de sus ejes de la 4T: la Guarda Nacional que a base del tolete, las tanquetas, balas de goma, etc. someterá a los malosos, pero una vez militarizada la seguridad pública, sus elementos no distinguirán entre un malo y un ciudadano apanicado por la inseguridad o por el inconforme que protestará en las calles por cuestiones políticas.

Para ello echará mano de militares, marinos, policías federales (castrenses habilitados como civiles) y jóvenes desempleados a quienes convocó a integrarse a la policía presidencial, quienes serán “capacitados” para salir a las calles a “cuidar” la tranquilidad y paz ciudadana.

Pero resulta que el adiestramiento es militar, no civil, bajo la influencia, destreza, obediencia y sujeción castrense, para actuar a la voz del mando, sin razonar, pensar, analizar, escuchar, sino reaccionar, atacar y acallar, con el respaldo, insisto, del tolete de acero, la caballería equina y motorizada, el vehículo lanza chorro de agua ácida, drones y helicópteros artillados.

El dialogo, el convencimiento, los acuerdos no son elementos de un hombre sujeto a las órdenes castrenses. La consigna es avanzar para intimidar y atacar para convencer. Si la infantería no logra la disuasión, el tolete, la tanqueta, la caballería deshacen las protestas.

Ejemplo de ello: Tlatlaya, Acteal, Nochixtlán, Tlatelolco, Jueves de Corpus, Tanhuato, Mich. Aguas Blancas, y más. Sin con esa “disciplina” y fiereza contra civiles, la Guardia Nacional (aún no existe y ya se toman decisiones sobre esta corporación, lo que es inconstitucional) enfrentarían a los Cárteles y a la delincuencia organizada, sería un disfraz para sostener que no se militariza la seguridad pública nacional.

Si esto sucede, entonces las cifras dadas a conocer este inicio de 2019 por López Obrador y Durazo Montaño superarán con mucho las criticadas de Calderón y Peña Nieto, lo que potencialmente en tres años (promesa de campaña de AMLO) empataría a los sexenios del PAN y del PRI, en sólo media administración amlista.

La realidad es que los compromisos del entonces candidato morenista fueron muy elevados.
Una cosa es “cachar votos” para llegar al poder y otra vivir la realidad.

Cambió la administración sexenal, de partido, de personaje, de política global… pero los cárteles, las mafias, la delincuencia organizada es la misma. Ante los planes del gobierno federal, ellos ajustarán sus estrategias. Ceder, nunca. Recular, jamás. Reorganizarse para ser más agresivos y calar a la Guardia Nacional, es un hecho. Ellos están mejor armados, sus intereses económicos y de control son mayormente motivantes; en muchos casos tienen respaldo popular –al menos en las plazas que controlan porque hacen favores y apoyan a la población- eso los motiva y fortalece.

Para engrosar la inexistente (aún) Guardia Nacional, Andrés Manuel pretende reclutar en su administración a más de 50 mil jóvenes, en los tres primeros años ingresarán 21 mil ninis inexpertos, hijos de familia, con una visión del muchacho moderno, no interesado en batallas intestinas entre sicarios y militares. Sin embargo, daremos el beneficio de la duda a esta osadía del sexenio… pero -motivo central de esta entrega- el número de asesinatos dolosos entre 2019 y 2024 no sólo empatará los guarismos Calderón/Peña, sino serán superados, con el sólo principio de cumplir una promesa más de campaña, sin importar dejar hogares desechos, sólo por el capricho de la “guerra contra la delincuencia organizada” que tanto criticó durante 12 años.

Así es el poder y la soberbia. ¿Quién manda aquí?

* Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Comunicadores por la Unidad (CxU).

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