Demasiada tinta se ha usado; demasiadas horas se han dedicado a un intercambio de dimes y diretes entre el gobierno estatal y el fiscal veracruzano, Jorge Winckler Ortiz, mismo que ha escalado al plano nacional.
Morena insiste en removerlo del cargo, a través de juicios políticos que no han prosperado y que solo los han exhibido y, el Fiscal ha asumido un papel de víctima del golpeteo político. De ahí nadie los mueve ni un ápice a ninguno de los dos. Y aunque ambas posturas son erróneas, los únicos que salen perjudicados de todo esto, somos los veracruzanos, principalmente aquellos que ya han sufrido por la violencia y esperan justicia. Morena, hoy gobierno, debería contar con una verdadera estrategia de seguridad que inhiba el delito, que reduzca la incidencia delictiva y Winckler, desde la Fiscalía, debería estar persiguiendo a los delincuentes, desempolvando las miles de carpetas de investigación que están arrinconadas.
Este martes, la denuncia interpuesta ante la Fiscalía General de la República (FGR) fue un show mediático, que derivó un día después en la nota de ocho columnas por parte de Morena y en un carrusel en medios nacionales por parte del Fiscal intentando salir del tema. Ya tiene una estrategia de comunicación bien armada que es a la que recurre cada que le intentan pegar.
Lo que nos preguntamos el resto de los veracruzanos es cuándo se habrán de sentar juntos a revisar los supuestos resultados que deberían tener ante la sociedad. ¿Cuándo nos darán de manera conjunta el número de carpetas en rezago, los avances en las investigaciones de cada uno de las y los desaparecidos, de los asesinados; cuándo tendrán una fecha para saber a quién pertenecieron los restos de personas que siguen y siguen apareciendo en las fosas?
El reparto de culpas no le basta a un Veracruz que está dolido y ensangrentado. Sus pleitos en nada abonan a que nuestro estado salga del hoyo en que estamos sumidos desde hace ya bastantes años. Ojalá y ambos busquen el significado de la responsabilidad.
@YamiriRodriguez
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