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jueves, 23 de mayo de 2019

En las Nubes / Fueron dos plagas. Hoy son más

Carlos Ravelo Galindo, firma:

La conquista fue de los microbios, porque los indígenas no tenían los anticuerpos para protegerse de las infecciones que traían los europeos.

Como hoy, que en el sector salud, no hay medicamentos.

Y no se hubiera logrado sin las dos plagas, pues sería muy difícil que un puñado de españoles sometieran a millones de personas sin la colaboración de al menos una parte de ellos.

Así nos lo dice la  escritora doña Norma Vázquez Alanís: Aliados y microbios, los autores de la conquista.

Y así, en su muy especial forma de narrarlo, nos entera que la Conquista de México la hicieron los indígenas que, hartos del sometimiento y los altos tributos que debían pagar a los mexicas, se aliaron con Hernán Cortés para conseguir su libertad.

Ayudados por los microbios, ocasionaron la mayor devastación porque los nativos no tenían los anticuerpos necesarios para protegerse de las infecciones que traían los europeos.

A su parecer, la conquista de México, de Perú y de toda la América hispana, e incluso de la América sajona, era algo inevitable.

Si no hubieran llegado los españoles y los portugueses, habrían llegado los ingleses o los holandeses o los franceses, porque Europa estaba en ese momento en expansión y América no, precisó el estudioso de la historia cultural de la Edad Media y de la Nueva España.

Doña Norma, justa en su escribir afirma que con esta provocativa tesis abordó el doctor en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla, España, y en Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México, Antonio Rubial García, el fenómeno complejo que fue la caída de Tenochtitlán.

Fue en su conferencia dentro del ciclo ‘En torno a la Conquista’ que organizó el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) de la Fundación Carlos Slim.

Rubial García sostuvo que, para entender la conquista, debe tenerse en cuenta que el aumento del comercio exigía contar con metales preciosos para acuñar moneda y eso fue uno de los motores que impulsaron el descubrimiento de América.

Además de las pretensiones de en Occidente  establecer un imperio universal, estaban presentes desde que los romanos lograron dominar todo el Mediterráneo.

La historia del mundo es cíclica con procesos de universalización y de regionalización.

Entonces, América se insertó dentro de esas creencias porque era el paso obligado hacia la unificación final de la humanidad bajo una sola cabeza, un rey católico.

Aquel era un momento de crisis para la iglesia católica, dividida por la reforma protestante.

América era la solución a ese dilema pues los indios americanos llenarían los espacios celestiales que dejaban los protestantes y todos los enemigos de la fe tuvieron  que ver con ello.

Esa estrategia posibilitó a Cortés recibir ayuda de las comunidades indígenas -reparto de tierras y fundación de ciudades-, y fue también una conquista de tipo tecnológico por el uso de animales para la carga y la introducción del hierro y de la rueda, además de la denominada conquista espiritual o cristianización por parte de los frailes.

Está la creencia de que los ejércitos llegados a América eran los del rey Carlos V, pero no fue así.

Fueron  aventureros en busca de oro y gloria, e inspirados por las novelas de caballería, querían gloria para el futuro y oro para el presente.

No todos los conquistadores venían de la península ibérica. Uno de los mitos más arraigados en el imaginario popular -sostuvo el conferencista-, es el de la devastación y el exterminio.

Como en toda guerra, hubo destrucción y muertes, pero a los españoles no les interesaba exterminar a los indígenas porque eran su fuerza de trabajo.

Lo que querían los reyes era su conversión al catolicismo y su salvación, de manera que la mayor catástrofe provino de los microorganismos.

Nueva España se convirtió en el centro de este comercio internacional globalizado.

craveloygalindo@gmail.com

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