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jueves, 23 de mayo de 2019

Enfoque Global / Del proyecto Mesoamérica al programa de la CEPAL

José Luis Ortiz Santillán

Este lunes, la secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Alicia Bárcena, presentó al presidente Andrés Manuel López Obrador la propuesta de Programa de Desarrollo Integral El Salvador-Guatemala-Honduras-México; aún cuando el problema de la emigración hacia México y los Estados Unidos involucra hoy a muchos más países.

A través de Alicia Bárcena, la CEPAL expuso los ejes principales del Programa para que la emigración se convierta en “una opción y no una obligación” en los países de Centroamérica, poniendo en el centro de su propuesta el desarrollo. Para poder hacerlo, la secretaria de la CEPAL invitó a todos los países a sumarse al Programa, para convertir el norte de Centroamérica y sur de México, en una de las regiones del mundo más prosperas.

Sin hacer referencia a la postura del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el presidente López Obrador señaló que es a través de la cooperación y no de la represión, como se pueden solucionar los problemas de la migración, precisando que ahora el reto es convencer al presidente estadounidense de apoyar la iniciativa; mientras que, Bárcena enfatizaba en la necesidad de construir cadenas de valor entre México y Centroamérica, de la misma forma que se han creado en el norte del país con los Estados Unidos.

En el Programa, para avanzar en la integración comercial se propone poner en marcha un sistema de transmisión anticipada de documentos para transporte de carga; la realización única de controles migratorios en países de salida; la creación de un sistema electrónico de misión y envío de certificados fitosanitarios; el registro de unidades de carga con dispositivos de radiofrecuencia; y la instalación de cámaras de pasos fronterizos; a la vez, propone integrar las redes de distribución de energía eléctrica y de las comunicaciones.

Bajo el título de “Inversiones identificadas en energía e infraestructura”, plantea construir una terminal de gas natural en Puerto Cortés, Honduras; la interconexión del sistema eléctrico mexicano con el de centroamericano; mejoramiento de infraestructura fronteriza (950 Km) entre México y Guatemala, interconexión carretera en puente Corozal Betel y la carretera el Naranjo; impulsar la conectividad ferroviaria entre los países del norte de Centroamérica; y, realizar la construcción de un gasoducto de 600 Km para unir la infraestructura entre el sur de México y la de América Central, este proyecto es novedoso y no se había propuesto antes.

Sin embargo, algunas de las propuestas son proyectos que México ha venido impulsando dentro del Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica (PIDMA), con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Recordemos que, el expresidente Vicente Fox, al llegar a la presidencia, propuso el Plan Puebla-Panamá (PPP), que cambió a Proyecto de Integración y Desarrollo de Mesoamérica con el expresidente Felipe Calderón, convirtiéndose en un mecanismo de integración regional con la participación de México, Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y República Dominicana; y en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, sobrevivió como instrumento de cooperación.

Si bien la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (RICAM) del PPP, fue la columna vertebral de este proyecto regional, con el objetivo de construir y modernizar 13,132 Km de carreteras en cinco corredores, construyendo infraestructura para el transporte que acercara las fuentes de materias primas a los mercados y los países de Centroamérica a México, terminó dividiéndose en dos ejes: el económico y el social.

No es un plagio, pero algunos de los proyectos que propone la CEPAL ya maduraron en el Proyecto Mesoamérica. Para facilitar el paso de mercancías en los puertos fronterizos, se desarrolló el Sistema de Transporte para el “Tránsito Internacional de Mercancías (TIM), la interoperabilidad de Ventanillas Únicas de Comercio Exterior y el apoyo a programas de Operador Económico Autorizado (OEA); con apoyo del BID, se realizaron estudios para la modernización de los pasos fronterizos en el Corredor Pacífico de la RICAM y se creó el Foro Mesoamericano de PYMES.

La Interconexión Eléctrica Mesoamericana está muy avanzada. La interconexión compuesta por la de México y el Sistema de Interconexión Eléctrica para los Países de América Central (SIEPAC), que creó el primer Mercado Eléctrico Regional (MER), y la de Panamá-Colombia, se convirtió en una realidad al concluirse el SIEPAC, proyecto que ha despertado ambiciones en los Estados Unidos, por ser una línea de transmisión de 1,800 Km que integra los mercados de 6 países de Mesoamérica y la vía para la venta de excedentes de electricidad estadounidenses; a través de la cual se ha desarrollado la “Autopista Mesoamericana de la Información (AMI)”, que integra los servicios de telecomunicaciones con fibra óptica. En el eje social, avanzan los proyectos de salud, medio ambiente, gestión de riesgo, vivienda, seguridad alimentaria y nutrición.

Hoy, más que poner en marcha un programa aislado de América Latina, este puede ser el momento para avanzar en la integración regional del continente, para integrar la infraestructura e incrementar los flujos del comercio, impulsar el crecimiento y desarrollo en América Latina y el Caribe, región hacia la cual México envía sólo el 6.5% del total de sus exportaciones. Este es el momento para diseñar una estrategia real de integración, más que dividir los esfuerzos a través de la Alianza Pacífico, pues existen esfuerzos reales como la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA); el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (FONPLATA), por ejemplo, los cuales pueden servir para unir al continente en pos del progreso regional y la seguridad para todos.

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