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lunes, 30 de diciembre de 2019

Comentando / Se va 2019… quien debe irse es “ya saben quién”

* Un año de ocurrencias, sumisión, improvisaciones, engaños e incapacidad

Luis Repper Jaramillo*
lrepperjaramillo@yahoo.com

 Se termina el tormentoso, fallido, desafortunado, inestable, miserable, peligroso, infumable 2019, provocado por la Transformación de 4ª y su insufrible líder Andrés Manuel López Obrador, que proyecta a México, en la escena internacional, como un gobierno incapaz, mentiroso, “engañabobos”, corrupto, insensato, desquiciado, que un día sí, y otro también da bandazos, inconsistencia, errores y horrores culpando (aún) al pasado (Calderón y Peña Nieto) de todos los males, sin asumir el locuaz tabasqueño la responsabilidad de sus actos de los que 13 meses al frente, no sabe, no puede o no quiere corregir.

En lo interno, 2019 ha sido un periodo inhumano, desesperante, cobarde, complaciente, miedoso, inmoral, que ha dejado en la orfandad, viudez, castas desintegradas a más de 35 mil familias al prolongar la “guerra fallida” contra el crimen organizado, que iniciara el panista Felipe Calderón, alentara el priista Peña Nieto y enraizara el morenista López Obrador. Masacres y humillaciones a las fuerzas armadas por su enfermizo capricho de considerar que con “abrazos y no balazos”, los malandros renunciarían a su poder corruptible, sicario, vengativo.

Decisiones vergonzantes que laceraron la ética, moral, lealtad, disciplina del Ejército Mexicano, la Marina y fuerzas federales, al sucumbir ante el poder mafioso del Cártel de Sinaloa, liberando, ya capturado, sin aplicar el protocolo judicial federal, a Ovidio Guzmán López (hoy líder del CdS), heredado de su padre preso, El Chapo Guzmán, por “miedo” a desatarse otra –según él- masacre contra la sociedad civil.

López Obrador y su Gabinete de Seguridad Nacional, son el hazmereir mundial por la tibieza, corrupción y omisión de un gobierno que sólo “jode” a la sociedad civil, pero tiembla ante los cárteles; como quedó demostrado cuando se apanicó ante el Cártel del Huachicol que amplió sus acciones para afectar a la economía nacional y a la empresa descentralizada Petróleos Mexicanos, coludida, sumergida y complaciente en la ordeña de ductos.

Con una mentalidad desorientada, esquizofrénica, paranoica, oligofrénica, disárticra, para enfrentar con sensatez, seguridad, inteligencia (de la que carece) al crimen organizado que afecta la paz social, la economía, la tranquilidad pública y la seguridad nacional, López Obrador sustituyó el protocolo judicial por la convocatoria “moralina” de acusar a sicarios, asesinos, gatilleros, gavilleros, capos, con sus mamás o abuelitas para que les llamen la atención y se “porten bien”.

Pretende lavar el cerebro de los asesinos “bullueándolos” con amor filial, diciéndoles que sus “mamacitas sufren, se sienten mal” cuando matan a civiles, militares o “colaterales”, por lo que esas señoras no duermen y lloran mucho sabiendo que sus hijos o maridos cogen sus AK 47, metralletas, escuadras 9 milímetros, bombas de fragmentación, etc. masacrando familias en fiestas, antros, salones de baile, funerarias, velorios particulares, por venganza o  no pagar derechos de piso.

La “moralina” (actitud mezquina, superficial y falsa) de Andrés Manuel, es una mentada de madre al Estado de Derecho y a la Constitución, a los que ha mandado al Diablo en diversas ocasiones. Postura que decepciona a sus chairos, botts y testaferros que votaron por él, al padecer que sus promesas de campaña 2018, sólo fueron “cachavotos”, mentirosas y deshonrosas a su palabra (como las de Enrique Peña Nieto, para conseguir lo mismo que El Peje), pues en la realidad todo es un caos, un desequilibrio social, una burla a la promesa de elevar la calidad de vida de los mexicanos, traducida hoy en lacerante perversión oficial de la T4a.

Se va 2019, bendita la hora, pues no podríamos estar peor comparado al final del sexenio corrupto y letal del priista Peña Nieto.

El golpe económico, social, de inseguridad, pobreza, marginación, insalubridad en 13 meses del sexenio de López Obrador, equivale al retraso y mendicidad que dejaran los sexenios de Vicente Fox, Calderón Hinojosa y Peña Nieto. Insisto, pues en sólo 390 días ha dañado lo que en 6570 hicieron panistas y el priista. De ese tamaño es la desgracia mexicana con la llegada de Morena a Palacio Nacional.

Y no sólo es él, también su recua de enanos del gabinete legal, ampliado, descentralizados, diputados, senadores, gobernadores, alcaldes, síndicos, regidores, diputados locales de Morena, gente sin ética, ni moral sólo reaccionan a “la voz del amo”, sin respetar su propia personalidad, actuando de acuerdo al chasquido cuando López Obrador truena los dedos.

Esta miseria burocrática actúa tal cual su Mesías, de ahí la desgracia nacional en los tres órdenes de gobierno, que tienen azoladas a las poblaciones, sobre todo en donde tienen presencia los Cárteles, como en Guanajuato, Michoacán, Guerrero, Ciudad de México, Tamaulipas, Sinaloa, Estado de México, Jalisco, Veracruz, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Hidalgo, Puebla, Nuevo León, etc. en donde sus autoridades aplican la misma receta de López Obrador: “abrazos y no balazos”. “Perdón y Olvido”  o de plano “acúsenlos con sus mamás o abuelitas”.

Por ello el mal, es nacional, mientras se mantenga el negocio familiar del Peje, Morena, en el poder, ya que esa es la filosofía desequilibrada del inquilino de Palacio Nacional.

Se va, gracias a Dios, 2019, que fue también un año de ocurrencias y no de planeación estratégica. De sumisión y entreguismo al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien, bajo supinas amenazas doblegó la tibia personalidad del tabasqueño, que a la menor provocación del neoyorkino, entregó la plaza, dimitió a la soberanía nacional y de “nalga pronta” accedió a la orden del pelirrojo de sellar la frontera sur de México para evitar el éxodo de migrantes centroamericanos hacia territorio norteamericano, cruzando México.

Fue tal la mediocridad lopezobradorista que creó en la zona limítrofe entre Chiapas y Guatemala la Border Patrol mexicana, utilizando a la recién creada Guardia Nacional y lograr el objetivo de “no pasar indocumentados al sueño americano”.

Y como dice el refrán popular, “ya encarrerado el ratón…chig… el gato” Trump volvió a las andadas, ahora a través de las negociaciones del T-MEC, que bajo presión de su staff negociador (malamadre) llevó a donde quiso a su contraparte mexicana hasta hacerla firmar el Tratado… una vez en manos de los tres mandatarios sacó de la manga unas letras chiquitas que obliga a nuestro país autorizar “observadores” gringos en los rubros automotriz y laboral, para ver cómo protege México al trabajador y cómo ensambla autos que luego van a los mercados norteamericano e internacional.

Después de los festines, alharacas y vítores por el “logro”, en los despachos de nuestros “negociadores” descubrieron “las letras chiquitas” en el documento y cuál fue su sorpresa que nadie había leído esas diminutas líneas. Es decir, la delegación mexicana firmó el T-MEC sin haber identificado esas condiciones norteamericanas.

Tras la estupidez, se desgarraron las vestiduras y crucificaron a su contraparte, cuando la tontería (por no aplicar la palabra correcta) fue de ellos por firmar sin leer.

Resumir 365 días de torpezas, ocurrencias, mentiras, engaños, nos llevaría dos entregas, por eso abordo los temas que no sólo impactaron a México, sino tuvieron resonancia internacional.

En México, aquello del “perdón y olvido” a los delincuentes, es un atentado al Estado de Derecho, entonces, Estados Unidos pide vía diplomática que asesinos, corruptos, malandros de mucha monta, como Joaquín Guzmán Loera “El Chapo”, Genaro García Luna, Ovidio Guzmán López “El Chapito”, Tomás Yarrington, Nassón Joaquín García y otros, sean deportados o entregados a las autoridades judiciales de su país para seguirles proceso legal  ante la laxidad, colusión, omisión y corrupción en el gobierno de López Obrador.

Se va 2019, gracias a Dios. Ante la incapacidad, improvisación, imposición de “compromisos” de la T4a, el resultado es la vergüenza internacional. El caso más reciente, se dio en el ámbito diplomático. El ex embajador de México en Argentina, Ricardo Valero, fue detectado y detenido en una librería de Buenos Aires, robando un libro, con valor de 200 pesos mexicanos, escondiéndolo entre las páginas de un periódico. Al salir del establecimiento, personal de seguridad detuvo y reingresó al local, al “diplomático” exhibiendo en todo el mundo, a través de las Redes Sociales al representante de la Transformación de 4ª, pretendiendo robar un artículo muy barato.

Pasado el suceso, cuando Valero fue reconvenido por el Canciller (jajajajaja) Marcelo Ebrard, parecía que todo quedaría en el exhorto. El bochorno internacional fue el descrédito.

Semanas después, cuando el diplomático, suponemos, regresaba a México, en el aeropuerto de Buenos Aires, entró a un Duty Free  (tienda libre de impuestos) para comprar una camisa, pero resulta que Ricardo Valero repitió la dosis, pretendió adueñarse, sin pagar, de una playera, caso similar al libro.

Al ser detectado, fue exhibido. Tras este segundo incidente, el ratero con inmunidad diplomática, “presentó su renuncia al cargo”.

Peeero…se descubrió a través de su psicoterapeuta, que Ricardo Valero, padece dos enfermedades cerebrales, que lo convierten en cleptómano.

La falla en parte es de él y su doctora de cabecera, pero lo más lamentable que después de cumplir un año representando a la Transformación de 4ª , a Andrés Manuel López Obrador y al Gobierno de México, en el servicio exterior, nadie se haya dado cuenta del trastorno mental de su colaborador; es decir, Ebrard Cassaubón,  no tuvo la inteligencia para pedir su expediente profesional, de salud, de Control de Confianza, de Perfil Profesional, etc. lo que significa una omisión (que es delito federal)… y no pasó nada. Le dieron las gracias “por los servicios prestados”,   y desearon que pronto “recupere su salud”, cuando esto es irreversible.

¿Irresponsabilidad, incapacidad, complicidad, “compromiso”, desinterés del Canciller, jajajajaja, o valemadrismo? Es todo, el cargo por el cargo mismo, con miras al 2024.

Así ha sido 2019 de un gobierno improvisado, ocurrente, impreparado, soberbio, totalitario y dictatorial. En manos de gente como esta nos encontramos más de 126 millones de mexicanos. Y la T4a, cree que están haciendo las cosas bien. Torpes, incapaces, improvisados, ocurrentes.

Se va 2019. Gracias a Dios… Pero lo lamentable que para 2020 las cosas seguirán peor, porque el tonto no sabe cómo corregir sus errores.

* Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Latitud Megalópolis (LM).

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