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martes, 24 de diciembre de 2019

Comentario a Tiempo / Un cuento de Navidad

Teodoro Rentería Arróyave*

A los respetados lectores y radioescuchas, a la parentela, a los amigos, a la humanidad toda,  así como a sus queridas familias, con toda la fuerza del espíritu y del alma, les deseo todo género de felicidades en esta Navidades, en el inminente 2020 y siempre. Amen.

LA SANTÍSIMA TRINIDAD, SAN MIGUEL ALLENDE, GUANAJUATO. Dicen amigos, familiares o contertulios esporádicos o a lo mejor lo expresan  por cariño o amabilidad, que les gustan mis narraciones de los aconteceres vividos; aprovecho ahora tal distinción para tratar de escribir un Cuento de Navidad, basado en esas vivencias.

Desde niño, es posible que desde bebé, de adolescente y todavía de adulto, recuerdo con gran beneplácito que en la casa paterna-materna o materna-paterna se celebraban las nueve posadas y la Navidad, además del Año Nuevo con toda la parafernalia que indicaba el calendario católico que profesaba la familia.

Esto lo he platicado en innumerables tertulias con amigos y en familia, sin embargo no lo había puesto en blanco y negro; porque me lo han celebrado entre los que dan crédito a lo narrado y los incredulo, hoy en esta Navidad del 2019 y en el Año nuevo del 2020, quiero, en recuerdo amoroso a la familia dejar constancia de estas experiencias que en una o en otra, formaron nuestras vidas.

Desde los octubres y los noviembres, se empezaban a preparar los festejos. La familia Rentería era numerosa, por lo tanto se repartían los posadas entre los matrimonios constituidos, y cuando no alcanzaba cada brazo familiar para costear los gastos, se recurría a los amigos para patrocinar las posadas, sino llegaba el apoyo, ni modo, el médico de la familia, mi padre Fortino Rentería Meneses duplicaba, triplicaba y hasta cuadriplicaba su aportación para sacar las nueve posadas.

Los chavitos íbamos con las tías y los tíos a los mercados para comprar las frutas: naranjas, limas, jícamas, mandarinas, cañas y cacahuates, mi padre se encargaba, en las tiendas de ultramrinos del Centro Histórico de la Ciudad, el autor lo acompañaba desde niño, de comprar la colación, las olivas y no se diga el bacalao noruego que consumiamos, preparado por las tías, a la vizcaina, la navidad y el año nuevo, además en Semana Santa, no dijo en Semana Mayor, porque son capaces de excomulgarme a estas alturas.

Nosotros nos encargábamos de invitar a los amigos del barrio y de las escuela. Eso sí, les advertiamos que su comportamiento durante el desarrollo de los rezos y de letanía con procesión y cargando los Peregrinos, tenían que ser de  respeto.

No se diga el día 24 cuando se sacaba la Novena posada, luego la procesión del Niño Diós y luego la arrullada. Aquí se me presentaba el primer dilema, sí sólo existe un Díos, porqué se arrullaba a varios niños y luego se abrazaban los compadres.

Mi padre me explicaba, con maravillosa ternura y paciencia, que sólo eran figuras del Niño Díos y que cada familia quería tener en casa alguna de ellas, por cierto de un arte o de una artesanía exquisitas. Lo entendía, pero no lo aceptaba por la cultura adquirida en las escuelas laicas.

Luego de todo ello venía el reparto de las frutas y las colaciones con bolsita completa para cada invitado, después la partida de las piñatas, el ponche con aguardiente para los mayores, el baile, y en algunos ocasiones bocadillos o cena.

En las Navidades era imprescindeble la Cena especial, el bacalao y los romeritos y la ensalada de Navidad que preparaba mi madre, María Arróyave Vázquez con base en el betabel, que daba el color rojo de la celebración.

Esto que fue una realidad por muchos años, hoy lo relato escrito, como una Cuento de Navidad, para recordar al primer hermano que se nos fue, Fortino Ricardo, a nuestros padres, abuelos, tíos, primos, sobrinos y amigos,  que ya moran en el mundo insondable de éter eterno. Feliz Navidad.

* Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx, teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org y el portal www.libertas.mx

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