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lunes, 27 de abril de 2020

Con Valor y Con Verdad / Cuida tu chamba como tu salud

Gustavo Rentería*

Se aproxima el pago de la segunda quincena de abril, y por un lado no deja dormir a los patrones (porque sencillamente no tienen para cumplir esta obligación), y a los trabajadores (porque muchos millones saben que no recibirán tan ansiado sueldo).

Los primeros llevan sin facturar más de cuatro semanas, y las deudas se acrecientan: el recibo de la luz, no cesan las llamadas del dueño del local u oficinas, celular, telefonía fija, internet, cuotas sindicales, letra del auto; por si fuera poco, los proveedores amenazan por e mail, telefonemas y mensajes por WhatsApp.

El emprendedor mexicano no sabe ya  por donde empezar: ¿las tarjetas de crédito que ya están llenas, la hipoteca del departamento, o cumplir con reteneciones, iva, o ISR, con gran temor de que le cancelen sus sellos digitales en el SAT, y no puedan facturar?

Recordemos el artículo 17 H Bis del Código Fiscal de la Federación que advierte que los contribuyentes, en un ejercicio fiscal y estando obligados a ello, omitan presentación de la declaración anual transcurrido un mes posterior a la fecha en que se encontraban obligados a hacerlo en términos de las disposiciones fiscales, o de dos o más declaraciones provisionales o definitivas consecutivas o no consecutivas, podrían restringir temporalmente el uso de dichos sellos.

Por si fuera poco, en breves días tendrá que presentarse la declaración de personas físicas del periodo inmediato anterior. La prórroga, de muy poco sirve ya.

¿Cómo carajos le harán decenas de miles de empresarios, que no pueden pagar ya; y cómo le harán millones de familias que no tienen, literalmente un peso para comer?

Abren diarios digitales, escuchan su noticiero de radiofónico favorito, atienden su telediario de confianza, o se asoman a las redes sociales, y todos coinciden: en los Estados Unidos se han perdido ya 27 millones de empleos, en nuestro país, fluctúan las cifras entre 2 y 4 millones, aunque algunos empleados aún no lo sepan. Decenas de miles de empresas ya no podrán abrir su cortina, porque están quebrados. El país decrecerá 9 por ciento del PIB, el petróleo de la mezcla mexicana no tiene valor, el dolar está por los cielos, se caerán las remezas y el turismo vive su peor momento.

La pesadilla continuará: se espera que la violencia aumente, porque los carteles de las drogas que también han visto disminuidas sus ganancias, migrarán a otras actividades delictivas como el secuestro y la extorsión.

Hoy se vio una pequeña luz  al final del túnel, con el esfuerzo del Consejo Mexicano de Negocios y el Banco Internancional de Desarrollo (BID INvest), con el anuncio de que 30 mil micro, pequeñas y medianas empresas ligadas a cadenas de valor de las grandes empresas en México, podrán obtener crédito para lograr liquidez. Aunque no le gustó “el modito” de la IP al Presidente López Obrador.

Pero la verdad es que la estética, la pequeña fonda, la panadería, y el modesto taller, sencillamente ya quebraron.

Los que sobrevivan deben llegar a acuerdos solidarios con colaboradores, proveedores, y acreedores; todas la decisiones tendrán que ser para no cerrar el negocio pronto; dicen los especialistas que se deben de reinventar y pensar los negocios desde “cero”, buscar modelos de reducción de costos; tendrán que actuar muy rápido y de manera creativa.

En fin, cuando salgamos de la pandemia, muchos negocios permanecerán cerrados, millones solicitarán empleo, los índices delictivos aumentarán exponencialmente y los comercios que la libren, no tendrán las ventas esperadas.

El tamaño de la recesión que se aproxima es inédita y nos llevará muchísimos años recuperarnos. Por eso, si eres de los afortunados que tendrás trabajo al salir de casa, cuida tu chamba como tu salud.

*Periodista, editor y radiodifusor.

@GustavoRenteria
www.GustavoRenteria.mx

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