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lunes, 23 de noviembre de 2020

Comentando / La tragedia de Tabasco, por salvar Dos Bocas


* Indolencia y perversidad la orden de desfogar Peñitas

Luis Repper Jaramillo*

lrepperjaramillo@yahoo.com

A Tabasco le llueve sobre mojado. Lamentablemente una razón es natural, las inmisericordes lluvias, torrenciales aguaceros. La naturaleza año con año le juega malas pasadas a los tabasqueños… pero así es su estatus. Están acostumbrados… pero no conformes ante la ausencia de autoridades que prevengan, actúen, resuelvan; sólo reaccionan (como la T4a) ante lo inevitable.

Esto no es cuestión de política, pero sí de incapacidad política y administrativa para adelantarse a los hechos y evitar consecuencias. 

Para desgracia de los “chocos” de bien, dos instancias de gobierno son de Morena. En el Estado, Adán Augusto López y el Federal, Andrés Manuel López Obrador, que pese a ser tabasqueño -como si no lo fuera- ignoró, se desinteresó, desdeñó el impacto natural y tres semanas después de la emergencia, reaccionó, pero mal, pasmado, sólo actuó cuando los medios de información locales, nacionales e internacionales mostraron la tragedia. Tardía como siempre se actuación.

Desde mediados de octubre entre aguaceros, huracanes, tormentas, la Tierra del Edén, padeció la caída de caudales de lluvia, sus ríos, afluentes empezaron a desbordar, consecuencias: inundaciones, riadas, torrentes urbanos de agua arrasando con lo que encontraban a su paso: animales, autos, arboles, postes de luz y teléfono; anegaron casas, destruyeron casuchas y decenas de calamidades más.

Pese a la emergencia, el inútil gobernador Adán Augusto se apanicó, shokeó, se pasmó y no movió lo necesario para socorrer a sus gobernados. Fueron Protección Civil estatal y municipal quienes auxiliaron. En la Quinta Grijalva, sede oficial del gobierno del estado, Adán López inactivo.

En Palacio Nacional, el otro López, sumido en su proyecto electorero para no perder la mayoría de Morena, PES y PT, en la Cámara de Diputados, en la elección federal de junio 2021, veía pasar la emergencia de su natal Tabasco, y sólo alcanzó a sugerir a sus paisanos “vayan a las partes altas, a la sierra para salvarse”.

Alguien le aconsejó “no Andrés, con mensajes no, hay que visitar las zonas devastadas”. Ipso facto, dispuso de un helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional para “sobrevolar” y contemplar (ver los toros desde la barrera) los daños causados por la naturaleza.

Sentadito, cómodo, junto a él, Adán Augusto, solazaban sus ojos al ver comunidades, poblados, rancherías fueron tragadas -literalmente- por el agua. Desde las azoteas de algunas casas aun en pie, familias completas, incluidas mascotas, muchas de ellas restadas del torrente que corría por calles y avenidas, protestaban con señas y recordatorios familiares, a quienes desde “galerías” los observaban. Ya se imaginan qué les improperaban. 

Ya para inicio de noviembre, la tragedia estaba fuera de control. No cedían las inundaciones, las lluvias torrenciales volvían a desatar su furia. Las presas del estado a su máxima capacidad amenazaban desbordarse, en espacial Peñitas, responsabilidad de la CFE de Manuel Bartlett Díaz, su vaso estaba a punto de colapsar… ¡pero por falta de prevención, control, de protocolo de seguridad! que ante la llegada de temporales (lluvia y huracanes) no desaguaron paulatinamente encausando hacia ríos cercanos, con aviso y alerta oportunos a las poblaciones de la región.

Nunca se hizo. En un segundo “sobrevuelo” del señor López, a lo lejos, ordenó el desfogue de Peñitas. En plan perverso él, Manuel Bartlett y Adán Augusto maquinaron la salida de agua hacia comunidades alejadas a Paraíso, en donde la Transformación de 4ª construye una de las obras faraónicas de Andrés, la Refinería Dos Bocas (inundada de por sí desde abril y mayo), para evitar que los millones de litros de agua de Peñitas, llegaran a las lagunas de Mecoacán, Pomposú y Machona, que alimenta el Río Samaria y otros afluentes que cruzan Villahermosa y que López Obrador no quiso que llegara al Grijalva en su recorrido por la capital tabasqueña.

La población encabronada, acusa que si la locura de Andrés Manuel de desfogar la presa hacia otros ríos del poniente de Villahermosa, no se hubiesen inundado los municipios de Macuspana, Jalapa, Nacajuca, Centla, Jalpa, Comalcalco, la Colonia Las Gaviotas, evitó afectar Centro y Paraíso, pero “jodió” a más de 250 mil personas para proteger Dos Bocas y no enfadar a los fifís de la capital tabasqueña.

Vox Populi insiste, Andrés Manuel sabía, y en mala leche lo hizo, que de llegar esas aguas a reinundar los terrenos de la Refinería en construcción, se probaría que la obra es una porquería. Motu proprio dispuso afectar comunidades pobres y muy pobres, que exhibir la sin razón de un capricho personal y soberbio como su “destilería” de energéticos. 

Quien no se quedó callado y arremetió contra López Orador y Morena, fue el ex gobernador del Estado, el priista Manuel Andrade Díaz, en cuyo sexenio 2000/2006, sufrió las mismas calamidades naturales, pero nunca ahogó municipios ni comunidades por decisiones como la tomada. 

En un video/mensaje subido a FB y watts el ex mandatario confirmó que antes de la temporada de lluvias la sociedad pidió el desagüe parcial del vaso para evitar saturarlo, pero Adán Augusto, la CFE y la Comisión Nacional de Agua ignoraron la urgencia. El resultado es evidente.

Fue directo: “la realidad, aunque lo nieguen y quieran disfrazarlo, la responsabilidad es de Andrés Manuel López Obrador, de Manuel Bartlett Díaz, y de todos los funcionarios que por cobardía, miedo e incompetencia no tuvieron “los tamaños” para decirle a López Obrador que iba a inundar Tabasco”. “Ahora nos encontramos en graves problemas porque los funcionarios y técnicos que operan la Presa Peñitas, el Director General de la CFE y demás altos funcionarios federales decidieron “obedecer a ciegas” sin considerar los daños a la población”.

Insistió, “la obediencia a ciegas puede causar más daño que la corrupción. Una vez más Tabasco está en emergencia y no hay apoyo de nada”

El ex titular del ejecutivo estatal, explotó “es lastimoso, penoso y hasta cínico que los mismos que cancelaron (AMLO, diputados federales, senadores de Morena) los fideicomisos y Fondos, entre ellos el Fondo Nacional contra Desastres Naturales (FONDEN), el Seguro Catastrófico Agrícola, el de Hábitat, que reponía enseres domésticos siniestrados, que montaba albergues, alimentaba, protegía atendía médicamente a damnificados -cómo era antes- en los llamados gobiernos neoliberales según López Obrador, ahora piden ayuda a la población como pueda… infames” 

Es más, replicó, “el presidente tabasqueño que dice llevar (cantaleta) a Tabasco en el corazón, resultó ser un mentiroso de marca mundial… ni ayudó, ni vino a solidarizarse. Solapa a la CFE en su irresponsabilidad del manejo de las presas en el país… Morena y López Obrador en realidad, concluyó Manuel Andrade, no saben gobernar”

El ex titular de la Conagua en el sexenio de Felipe Calderón, José Luis Luege Tamargo, refutó a López Obrador su dicho de que las administraciones federales del pasado no hicieron nada por Tabasco. De inmediato reaccionó “miente el presidente, en ese periodo realizamos obras de contención y creamos el Plan Hídrico Integral de Tabasco, que ni Peña Nieto, ni López Obrador dieron continuidad. Esta administración federal tiene más de 250 mil personas en el agua”

“No tiene idea de lo que significa tener un metro de agua dentro del comedor… Es una catástrofe mayor que debe denunciarse y fuerte. Andrés Manuel López Obrador es responsable del desastre de que miles de familias han perdido todo su patrimonio”

Si bien los dos ejemplos de ex funcionarios aludidos son opositores a Morena, se entiende su posición, la única verdad es que el inquilino de Palacio Nacional; Manuel Bartlett Díaz (CFE) Adán Augusto (Gobernador de Tabasco) y Blanca Jiménez Cisneros (Conagua) por omisión, incapacidad, perversidad, indolencia, etc. son responsables directos de la tragedia, post temporada de lluvia, al permitir que sin plan ni protocolo se hayan abierto las compuertas de la Presa Peñitas, con las catastróficas consecuencias narradas en la entrega.

Si alguno de ellos tiene dignidad y ética profesional debería pedir licencia al cargo para no dañar más a Tabasco y especialmente a México.

* Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Latitud Megalópolis (LM).

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