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martes, 24 de noviembre de 2020

Enfoque Global / Países del G20 humanizados frente al mundo


José Luis Ortiz Santillán

La cumbre del Grupo de los 20 (G20), coordinada por Arabia Saudita, fue un éxito y fijó un precedente histórico. No sólo porque participó en ella el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fijando su posición sobre los temas que preocupan al planeta, sino porque el final de los dos días de la Cumbre, los Jefes de Estado y de Gobierno del G20 se comprometieron a proporcionar a todos los países acceso a la vacuna contra el COVID-19 y financiar los gastos necesarios para lograr ese objetivo; así como, trabajar para aliviar la carga de la deuda de los países más pobres del mundo.

Aunque se trató de una Cumbre Virtual, realizada el sábado y domingo pasados, conducida por Arabia Saudita, los líderes del G20 se han comprometido a hacer frente de manera conjunta a los retos de la pandemia y sus externalidades económicas. Los líderes del G20 han prometido no detenerse ante cualquier esfuerzo necesario para garantizar una distribución justa de las vacunas contra el COVID-19 en el mundo; precisando que, han movilizado los recursos necesarios para satisfacer las necesidades inmediatas de financiamiento de la salud mundial a fin de respaldar la investigación, el desarrollo, la fabricación y la distribución de diagnósticos, tratamientos y vacunas de COVID-19 seguros y eficaces, según el comunicado final de la Cumbre.

De esta manera, los líderes del G20 han reconocido la inmunización como un bien público mundial, algo trascendente en la historia planetaria. Los jefes de Estado y de Gobierno, manifestaron su apoyo a todos los esfuerzos de colaboración, en particular el ACT-Accelerator, un dispositivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para garantizar que los países ricos no monopolicen tratamientos, pruebas o vacunas y las compartan con todos los países.

El sábado, el Secretario General de Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, recordó que faltaban 28 mil millones de dólares, de los cuales se necesitan 4.2 mil millones antes de fin de año para financiar este proyecto. Pero al margen de todo, los líderes del G20 han prometido cubrir las necesidades de financiamiento que aún tienen, mostrando la voluntad política en medio de las campañas de vacunación a gran escala que ya están promoviendo. Por ejemplo, los Estados Unidos planean iniciar una campaña de vacunación masiva antes de mediados de diciembre, con la esperanza de lograr la inmunidad colectiva en mayo; mientras que Europa, por su parte, está organizando su campaña y los medios para ella.

Nadie está a salvo del COVID-19 y conscientes del impacto sanitario y económico de la pandemia en los países más pobres, los miembros del G20 han declarado que han decidido a apoyar a todos los países en desarrollo y los países menos adelantados, a fin de buscar la inmunización global contra el COVID-19; para ello, han aprobado la prórroga hasta junio de 2021, de la moratoria de los servicios de la deuda de los países más pobres, tema aprobado el pasado en abril pasado.

Sólo al 13 de noviembre, 46 países se habían beneficiado de esta iniciativa del G20, por una suma equivalente a 5.7 mil millones de dólares. En la próxima reunión de primavera, los ministros de finanzas del G20 deberán resolver una segunda prórroga de 6 meses; conscientes de que esta iniciativa no será suficiente, por lo que los líderes del G20 también respaldaron el marco, establecido por sus ministros de Hacienda una semana antes de la Cumbre y sobre la cual hablamos en esta columna, que regula la reestructuración o cancelación de las deudas de estos países.

Pero algo relevante que no podemos dejar de mencionar, es que el G20 y el planeta se libera una enorme carga, de alguien que pretendió llevar al mundo hacia el pasado, al restablecimiento de las barreras arancelarias y al aislamiento de los países, de alguien que pretendió acabar con el multilateralismo y con la ONU, con los acuerdos bilaterales, del presidente Donald Trump.

Se suponía que sería la última intervención frente a sus homólogos del G20 del Donald Trump, quien se convirtió en un enorme obstáculo para superar la crisis económica mundial iniciada en 2008, expresada en un menor crecimiento y reducción del comercio; de aquí que, en su intervención, después de resaltar los beneficios de su mandato, el presidente se fugó para ir a jugar golf y, como siempre, darle la espalda al mundo; aunque el domingo volvió para defender su decisión de retirar a su país de los Acuerdos sobre el clima de París, calificándolo de injusto y parcial, frente a su sucesor, Joe Biden, que prometió volver a los acuerdos.

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