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jueves, 18 de marzo de 2021

Rogelio Franco, preso político de la 4T

Jesús Zambrano Grijalva

@Jesus_ZambranoG

Rogelio Franco Castán, destacado dirigente estatal del PRD en Veracruz, candidato a diputado federal y ex secretario de gobierno en Veracruz, es un preso político de Cuitláhuac García y del régimen de la autodenominada “4T”. 

Es un preso político porque su detención se llevó a cabo pocos días después de que se diera a conocer su participación como candidato para una diputación federal. Claramente, la intención del burdo hostigamiento es para sacarlo de la contienda. El inepto gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, tiene miedo de que Rogelio Franco, desde San Lázaro, exhiba al gobierno fallido de aquella entidad.

Es un preso político porque inicialmente fue detenido, indebidamente puesto que tenía un amparo, por una acusación de violencia intrafamiliar, misma que ha sido desmentida de manera pública y en reiteradas ocasiones por sus propias hijas, quienes aseguran que la detención de su padre es injusta y arbitraria. 

Es un preso político porque a pesar del amparo, los policías ministeriales de Veracruz decidieron el pasado sábado 13 de marzo realizar un aparatoso operativo para detenerlo.

Es un preso político porque como no pudieron comprobar el señalamiento inicial, ahora, para poder procesarlo, lo acusan de “ultrajes a la autoridad” porque presuntamente agredió “de manera física y verbal a un elemento de la Policía Ministerial”. Estamos no solo frente a la fabricación de un delito sino ante una estrategia judicial, planeada desde las alcantarillas del Palacio de Gobierno, con la que se busca eliminar a los oponentes políticos. Lo afirmo porque es muy desvergonzado que dos días antes de la detención, el 11 de marzo, el Congreso local, a petición del gobernador, haya aprobado una reforma al Código Penal para agravar el delito de “ultrajes a la autoridad”. Ese mismo día se publicó el decreto y tan solo un día después, el 12 de marzo, se giró la orden de aprehensión.       

Es un preso político porque a 15 días de iniciar el periodo de campaña electoral que dura dos meses, un juez de control le niega el arraigo domiciliario y le dicta prisión preventiva por ocho meses. Una medida cautelar de lo más lesiva, por supuestamente haber roto una playera de 350 pesos. El hipotético daño es irrisorio.

Es un preso político porque evidentemente estamos frente a un uso faccioso de las instituciones y ante una venganza personal tanto del gobernador, Cuitláhuac García, como de su secretario de gobierno, Eric Cisneros, porque fue nuestro líder estatal Rogelio Franco quien exhibió y demandó la campaña de hostigamiento, persecución y violencia política que el gobierno de Veracruz ha desatado contra el PRD y sus presidentes municipales.

Rogelio Franco es un preso político de la 4T porque toda esta violencia política está siendo auspiciada, solapada e incitada por el presidente de la República. López Obrador debe entender que el ambiente de polarización que ha creado y que fortalece día a día está sobrepasando los límites de la política y del espacio público, que ser opositor a su proyecto de gobierno no es un delito y que a nivel subnacional sus súbditos están ejerciendo violencia política con la intención de congratularse con él. Es urgente detener este contexto de violencia y persecución política. Por eso, desde la Dirigencia Nacional del PRD exigimos al presidente de la República y al gobernador de Veracruz liberar inmediatamente a nuestro compañero Rogelio Franco.

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