José Luis Ortiz Santillán

Raúl Castro, quien sucedió a su hermano Fidel en 2008, finalmente deja el poder. Lapidarios titulares en los medios internacionales contra los hermanos Castro y la revolución cubana han aparecido este viernes alrededor del planeta, olvidando todo cuanto han hecho en beneficio de su pueblo quienes desembarcaron en el yate Granma un día para iniciar la revolución triunfante en 1959, contra la dictadura de Fulgencio Batista y la ocupación de los Estados Unidos; movimiento social en el que Fidel y Raúl Castro solo fueron dos integrantes más del Movimiento 26 de julio, que participaron en esta gesta histórica.

Lamentablemente, los medios hablan de escasez crónica y del hundimiento de la economía cubana, debido al impacto de la pandemia por el COVID-19, pero no hablan de los éxitos científicos de Cuba en la búsqueda de una vacuna propia contra el COVID-19; tampoco hablan de la importancia del relevo generacional y de la capacidad de la revolución de crear, entre los millones de cubanos nacidos durante los años de revolución, la conciencia nacional que ha dado origen a los miles de dirigentes que hoy la sostienen.

Al iniciar los trabajos en el 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba, el General Raúl Castro presentó el Informe, donde destacó los aspectos esenciales de los temas que se abordarán en las comisiones del Congreso, entre ellas, las relaciones con los Estados Unidos y el bloqueo contra Cuba, así como la proyección internacional de Cuba, país que ha enviado sus brigadas internacionales de médicos, en apoyo solidarios a muchas nacionales azotadas por la pandemia del COVID-19, entre ellas México, de manera desinteresada y sin otro ánimo que ayudar a salvar vidas.

Mientras, de nueva cuenta, la contrarrevolución y los conservadores alimentan la especulación sobre el futuro de Cuba, ahora sin la presencia política y militar del General Raúl Castro, quien ha decidido dar paso a una nueva generación de hombre y mujeres que conducirán los destinos de la revolución. La prensa internacional pone ahora en sus titulares “Cuba sin Castro en el poder”, suponiendo que una revolución en sostenida por un hombre y no por un pueblo con conciencia histórica, algo que durante más de 62 años alimentaron quienes han financiado la contrarrevolución y el bloqueo económico.

Los titulares hablan y hablarán en estos días sobre el liderazgo de Raúl y Fidel al frente de la revolución, calificando su gobierno de una dictadura que ha sobrevivido de 1959 a 2008, pero olvidando que un pueblo no puede ser subyugado por dos hombres y que la revolución la ha hecho el pueblo cubano y la sostienen millones de hombres y mujeres, de lo contrario, hace años habría perecido.De este modo, a fuerza de continuar socavando las bases de la revolución cubana, de su proyecto socioeconómico y político, del patriotismo de millones de hombres y mujeres, la oposición y la derecha internacional ahora dirigen sus baterías contra, Miguel Díaz-Canel, el presidente cubano, el hombre de 60 años que tiene en sus manos el liderazgo de todo un pueblo, al haber renunciado Raúl Castro a su cargo de jefe de Estado en 2018.

El octavo congreso del partido comunista de Cuba, seguramente, con una nueva visión de los hombres y mujeres que dirigen ese partido y el Estado cubana, encontrarán y adoptarán las mejores estrategias para solucionar los problemas económicos y sociales actuales; para redefinir sus relaciones con el nuevo gobierno de los Estados Unidos y buscar poner fin al bloqueo económico, a fin de que esta potencia en la educación y en la medicina, en la formación de millones de profesionales en las distintas áreas de las ciencias, pueda despegar y convertirse en una potencia en América latina.