Alejandro Moreno*
El cumplimiento de la ley no puede ser optativo ni a capricho, sino la consigna irrenunciable para toda y todo mexicano. La ley nos iguala a los desiguales y nos dota de derechos, al tiempo de establecer obligaciones, y no hay nada más equilibrador y garantista que el cumplimiento de la ley. Merecemos un México de leyes que nos permita fortalecer a las instituciones públicas.
La política no tiene por qué influir en todas las decisiones, menos en las que tienen que ver con la salud y el bienestar de la sociedad. Merecemos un México en donde la técnica y el conocimiento sean los que guíen el actuar oportuno y permanente de instituciones como el Consejo de Salubridad General, CONACyT y Secretaría de Salud.
La seguridad pública no debe responder a una ideología ni a una creencia, sino a diagnósticos objetivos, certeros y claros sobre las condiciones que sufre la población y el actuar contundente que se requiere del Estado para proteger y salvaguardar vidas. Merecemos un México en donde los delincuentes sepan que el que la hace, la paga.
La pobreza no debe ser destino para ningún mexicano. Mientras hay quienes se alegran de que haya más pobreza y carencia en el país, nosotros queremos una Nación pero con más clase media cada día, que sea crítica del actuar gubernamental pero también sujeto actuante en él. Merecemos un México más igualitario pero en el desarrollo, no en la pobreza.
Las relaciones exteriores deben ser conducidas bajo los principios de política exterior en todo momento y de manera transparente. No admitimos que la clandestinidad y el engaño sean las características de nuestra política exterior de ayuda a otras naciones. Merecemos un México coherente y defensor del derecho internacional.
El conocimiento de la historia debe ser una plataforma para fortalecernos y ser mejores cada día, no para incentivar odios ni poner obstáculos al presente. Merecemos un México que no viva del pasado, sino del anhelo de un futuro próspero para todas y todos.
El trabajo y la capacidad no deben ser tildados como muestras de ambición y egoísmo, sino incentivados para engrandecer nuestra fuerza laboral y transitar a una economía del conocimiento que nos permita conservar nuestros recursos naturales y crear nuevas oportunidades para la juventud. Merecemos un México con una economía vanguardista, pujante y de incentivos.
La sociedad mexicana debe ser motivada y apoyada para ser mejor cada día, al tiempo que el Estado cumple con la prestación de servicios públicos de calidad de forma permanente, hace cumplir la ley e invierte los recursos públicos en las necesidades sociales. Merecemos un México justo, igualitario, solidario y mejor cada día.
En el PRI no le apostamos a regresar al pasado ni repetir errores, sino a aprender de lo sucedido y emprender nuevos derroteros gubernamentales para estar a la altura de la sociedad mexicana. Y vamos a empezar por el Congreso de la Unión. Al tiempo.
*Presidente Nacional del PRI.
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