Israel Mendoza Pérez
@imendozape
La dupla sindicato petrolero-PRI comienza a cuartearse de manera acelerada. Para la LXV legislatura, el sindicato petrolero carece de representante, regularmente, en la bancada priista había espacio para un legislador proveniente de las filas del STPRM. La mayoría de las veces llegaba a través de la vía plurinominal; sin embargo, la salida de Carlos Romero Deschamps en 2019 no sólo fue un trabajo quirúrgico sino que fue la moneda de cambio. El exsenador entregó el sindicato a cambio de una salida sin persecución política.
En el año 2000 cuando se destapó el Pemexgate —aquella triangulación de recursos de Pemex a la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa a través del sindicato petrolero— los pasos de Carlos Romero Deschamps, entonces secretario general y Ricardo Aldana Prieto, tesorero del sindicato en aquel ominoso pasaje de la política y corrupción se hizo más evidente la dependencia del sindicato hacia el partido tricolor y viceversa.
Ambos tuvieron un lugar en el congreso, Carlos Romero como senador y Ricardo Aldana, como diputado. El fuero los arropó. El escándalo quedó en la manifestación abierta de la corrupción del partido y la opacidad del sindicato. Anteriormente, la negociación la hacían los expresidentes con Joaquín Hernández Galicia La Quina.
Sin embargo, el fuero cubrió a los dirigentes sindicales Romero Deschamps y Aldana Prieto y eso evitó que el Pemexgate se convirtiera en el clavo al féretro de la carrera política-sindical de alguno de los dos dirigentes. Fue todo lo contrario. Aprendieron a negociar con Vicente Fox y Felipe Calderón que omitieron seguir el caso.
Ahora, al quedarse Manuel Limón al frente del sindicato ya no negoció la reelección debido a que el sindicato petrolero ya se encuentra en manos de otra fuerza política. Al menos, los grupos que rondan la dirigencia tienen más afinidad a la cuatroté y eso es una expresión abierta que han hecho.
El dirigente priista Alejandro Moreno, Carlos Romero y el diputado Manuel Limón estuvieron de acuerdo de que ya no hay espacio para que el sindicato petrolero continúe como uno de los sectores adherentes al PRI. Por ello es que en esta próxima legislatura se acabó la tradición de que el sindicato petrolero tenga una curul.
La entrega del sindicato es parte de un entramado y negociación de una facción de la cuatroté interesada en que el proyecto de gobierno y la permanencia como partido en el poder comience por la repetición de fórmulas y estrategias, una de ellas es tener el control sindical y el mejor ejemplo de ello, es tener a su favor a uno de los sindicatos con más recursos económicos y un capital político que está dispuesto a cambiar de colores.
El grupo compacto de Romero Deschamps sabe que ya están en tiempo extra en el sindicato, ya que la cuatroté los alcanzó y amenaza con profundizar la cuarteadura existente con el PRI. La carencia de un dirigente sindical en la Cámara de Diputados justo cuando viene el proyecto de Dos Bocas y la reactivación petrolera forman parte de esa negociación de Romero Deschamps y el PRI al entregar el sindicato.
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