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lunes, 13 de septiembre de 2021

Comentario a Tiempo / La verdad verdadera

Teodoro Rentería Arróyave*

En un intento válido de difundir la verdad verdadera, sólo por recordar a ese señor Perogrullo, sobre algunos de los aconteceres de la Conquista de México, me permito reproducir en la parte correspondiente de la columna “ALFA OMEGA” de mi gran amigo, además de reconocido y laureado colega, licenciado en derecho Jorge Herrera Valenzuela, de la víspera que tituló, La Primera Calzada en Tenochtitlán, la México-Tacuba:

“El cambiar el nombre a uno de los tramos de la céntrica calle Tacuba, me llevó a conocer detalles históricos muy interesantes, como el hecho de que los mexicas construyeron cuatro calzadas y recordar que por esa vía Hernán Cortés, derrotado, encaminó sus pasos al ahuehuete que por siglo fue conocido como El Árbol de la Noche Triste, al que el gobierno morenista le impuso el nombre “El Árbol de la Noche Victoriosa”. Borrar el nombre de un sanguinario español, que participó en la conquista, es un acto de justicia.

La política presidencial es la de rendir un homenaje a los fundadores, defensores e integrantes de la resistencia indígena ante el arribo, el 21 de abril 1519, de un numeroso grupo de europeos, encabezados por un aventurero que salió de Cuba, contraviniendo órdenes superiores, hacia tierra azteca, entrando por el Puerto de Veracruz para llegar hasta Tenochtitlán cuando el rey o tlatoani, era Moctezuma Ilhuicamina.

Como escribió el licenciado, académico y cronista Jaime Orozco Barbosa, hace siete siglos los mexicas construyeron la Calzada Tlacopan que al paso del tiempo sería la México Tacuba, a partir de lo que hoy es la esquina de Guatemala y Brasil, atrás de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Su primer tramo fue de ese sitio a la calle Juan Ruiz de Alarcón, donde se encuentra el majestuoso edificio del Correo Central y desde 1934, en la contraesquina, el esplendoroso el Palacio de Bellas Artes.

Después, cambia de nombre por el de Avenida Hidalgo hasta la calle Vicente Guerrero. El siguiente tramo era conocido como Puente de Alvarado, ahora es la “Calzada México Tenochtitlán”. Más adelante es Ribera de San Cosme, dicen que para recordar a los santos San Cosme y san Damián. Cruzando la calzada Melchor Ocampo (hoy Circuito Interior) es la calzada México Tacuba hasta el entronque con una estación del Metro y terminal de autobuses que dan servicio hacia Cuatro Caminos, Naucalpan, Estado de México.

Otros datos más. La construcción de las cuatro calzadas por los mexicas se inició en el año 1377, al año de que Acamapichtli fue elegido como el primer rey azteca, conocido como el tlatoani, fundador de la monarquía mexica.

La calzada de Tlacopan principiaba corta distancia del Templo Mayor, donde el capitán español Pedro de Alvarado consumó una de las más terribles y sangrientas matanzas de nativos. La calzada más antigua de la Capital Mexicana tiene una longitud de 20 kilómetros y actualmente abarca territorio de las alcaldías Cuauhtémoc, Hidalgo y Azcapotzalco.

QUIÉN FUE PEDRO DE ALVARADO

El nombre de “Puente de Alvarado” a uno de los tramos de la calzada México Tacuba fue impuesto con base en una versión, leyenda, o “patraña” de un soldado español identificado, por Bernal Díaz del Castillo, como “Fulano de Ocampo”, en el sentido de que cuando huía Pedro de Alvarado, la noche en que Cortés también lo hacía, desesperado porque lo alcanzarían los mexicas “saltó un ancho acueducto en la tercera cortadura de la calzada Tlacopan”. Lo cual nunca se comprobó. Ni lo mencionaron en sus escritos Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo.

Pedro de Alvarado y Contreras, originario de Extremadura, España, junto con sus hermanos Jorge, Gómez, Gonzalo y Juan, llegó en 1512 a La Española, ubicada entre las islas de Cuba y Jamaica. Después emigraron hacia nuestro territorio y se establecieron en Cozumel; se desplazaron por el río Papaloapan hacia un pueblo que estaba en las orillas del río y al “bautizaron” como Alvarado y que es el popular Puerto de Alvarado, uno de los puntos turísticos veracruzanos.

Hernán Cortes en San Juan de Ulúa, se encontró con el capitán De Alvarado y éste se unió a las huestes. Ambos paisanos del mismo pueblo, Extremadura, se hicieron muy amigos y pronto Pedro ganó la confianza de Cortés y lo sustituía cuando estaba ausente.

En el Templa Mayor se celebraba una ceremonia religiosa que interrumpió, violentamente, Pedro. Dio tormento y muerte a tres indígenas que mantenían su adoración a Huitzilopochtli y no aceptaban hacerlo a la figura de una Virgen que los españoles colocaron en el altar. Enterado Hernán Cortés reprimió a su paisano, quien aseguró que los mexicas querían matarlo.

En las crónicas quedó escrito que Pedro de Alvarado murió a los 41 años de edad. Una versión es que cayó de un caballo y se golpeó la cabeza; otra, es que lo arrolló un caballo que corría velozmente, quintándole la existencia. Fue sepultado en el cementerio de Tiripetío, Michoacán. En 1568 su hija Leonor Alvarado Xicoténcatl llevó los restos a la Catedral de San José de Santiago, en la hoy Antigua Guatemala”.

Es simple y llanamente la historia, la verdad verdadera, con la que nos ilustra Jorge Herrera Valenzuela.

* Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal IRRADIA NOTICIAS.

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