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jueves, 14 de octubre de 2021

México necesita una fuerza socialdemócrata

Jesús Zambrano Grijalva
@Jesus_ZambranoG

Luego de una reflexión sobre los resultados obtenidos en las pasadas elecciones y en virtud del evidente deterioro democrático que vivimos en México, el PRD ha decidido avanzar hacia un proceso de transformación profunda, una refundación del partido.

El gran objetivo de esta transformación es consolidarse como un partido progresista, democrático y anclado en la defensa de las causas más sentidas de la gente, especialmente de los jóvenes, las mujeres y de diversos grupos minoritarios, frente a un gobierno que dice ser de izquierda pero que no tiene nada que ver con los valores de la izquierda. Un gobierno como el actual, que sataniza a la oposición, abraza al crimen organizado, persigue académicos e investigadores y que diariamente agrede a la prensa crítica y a los que no piensan como ellos, no puede ser de izquierda. No me cansaré de repetirlo: ni López Obrador ni su movimiento son de izquierda, no son democráticos sino populistas autoritarios.

Por eso, el primer objetivo que se ha propuesto el PRD es diferenciarse de aquella falsa izquierda, para lo cual se ha propuesto reconstruir su credibilidad social y ofrecer una nueva narrativa de contenido y orientación socialdemócrata.

El país requiere de un partido político socialdemócrata moderno, comprometido con la defensa de los principios de la democracia, los derechos y la justicia social; con el respeto y la defensa del Estado de Derecho; con la clara convicción de que el Estado debe ser rector en áreas estratégicas, pero no asumirse como monopolista; e incentivar la inversión privada para generar empleos bien remunerados. La orientación socialdemócrata nos apartará del parroquialismo ideológico para situarnos en el debate actual de las izquierdas más importantes del mundo.

Es importante que esta orientación no se quede únicamente en una declaración de principios, sino que impulsemos la construcción de un modelo socialdemócrata propio para México que tenga por objeto mitigar la desigualdad, defender las libertades, impulsar el crecimiento económico y, sobre todo, fortalecer a nuestra democracia.

La refundación del PRD no se trata de un cambio de nombre o de siglas. El PRD está obligado a hacer una revisión de 32 años de historia donde se redimensione su papel en la transición democrática de México. ¿De qué serviría cambiar de nombre o solo cambiar de nombre si se sigue haciendo lo mismo?

Es importante que se revise a fondo. El PRD debe repensarse, redimensionarse, reorganizarse para relanzarse y convertirse en esa fuerza política socialdemócrata que el país requiere. Hacer esa transformación en unidad a partir de las coincidencias en los principios políticos que se enarbolen, en donde la opinión de todos los cuadros sea tomada en cuenta y caminar de la mano acompañados de la sociedad civil.

Eso fue lo que dirigentes, militantes y simpatizantes de esta organización partidista, hicieron público el pasado lunes 11 de octubre para signar y difundir 29 Compromisos por la unidad y la transformación democrática del PRD. El propósito es que en los primeros días de diciembre terminen esta fase del proceso.

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