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jueves, 13 de enero de 2022

No aprendimos

Juan Carlos Flores A.

Cumplimos casi dos años de pandemia por el mortal Covid-19, y es increíble que a estas alturas de la vida, después de cientos de miles de fallecimientos e historias trágicas, no hayamos aprendido de la dura experiencia de lo que hemos atravesado y sigan viéndose historias imposibles de creerse.

Las autoridades no se cansan de decirnos que el ómicron no es mortal, pero la realidad es que no supieron -después de varias llamadas de que la 4ª ola necesariamente iba a llegarnos- prepararse para este tsunami de contagios.

Y si bien es cierto que no es tan mortal esta nueva variante, lo que sí son fatídicas son las consecuencias de un contagiadero que –léalo bien- hará que en unas semanas, la mitad de nuestra población esté contagiada, y con ello, la gravedad de la saturación de hospitales (se recorren citas importantes de quienes acuden por otras graves enfermedades) y la falta de personal médico, por los mismos contagios.

Adicionalmente, el suplicio de aquellas personas que sufren la burocracia federal y local de nuestro México, donde se han visto absurdos como aquellos en que se les solicita a los contagiados acudir ¡personalmente! a los centros de salud a tramitar su constancia de incapacidad ¡imagínese esta barbaridad!

Ya no le comento, porque seguramente lo ha visto, las enormes filas para realizarse las pruebas de antígeno, y mientras los políticos siguen echándose estiércol en sus “debates” sobre si se cobran las pruebas o no, la realidad es que las que son gratuitas son inalcanzables.

Súmele la estulticia de quienes dicen desde el gobierno de la Ciudad de México, que si tiene síntomas, pero no está grave, pues agüentese a su prueba porque habrá alguien más que si la necesita y además en la fila de espera usted puede contagiarse ¡el tercermundismo a más no poder de quienes ambicionan dirigir este país!

Es cierto, no se ven los crematorios llenos como hace un año, ni tampoco la enorme dificultad para conseguir tanques de oxígeno, pero eso no desaparece las graves consecuencias económicas de esta 4ª ola, por ponerle un ejemplo, ¡imagínese 300 vuelos cancelados en 4 días por personal contagiado en México!

Ojalá después de la tormenta venga la calma, y sea el último tirón de esta pandemia que se va y se va, y nomás no se va, porque si viene una 5ª ola, quien sabe si la soportemos.

Twitter: @floresaquino

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