José Luis Camacho Acevedo
Dice con mucho conocimiento de causa el politólogo argentino
Daniel Eskibel, especializado en psicología política, que siempre detrás de una
crisis de gobierno que agobia a un mandatario, muy regularmente existe detrás
de sus reacciones a la crisis de gobierno, otra, u otras, tal más acuciantes,
de carácter personal.
Sin duda que López Obrador puede estar sufriendo una crisis
múltiple que lo ha sacado de su proverbial manejo de los medios y de las
circunstancias, siempre cambiantes, del trabajo público.
Desde que Carlos Loret de Mola difundió el reportaje que
exhibió la forma de vida que llevaba, o que sigue llevando en Houston su hijo
mayor José Ramón, junto con su esposa, es evidente que el presidente López
Obrador se ha visto desconcertado y molesto.
No son pocos los analistas que apuntan que el divague de la
“pausa en las relaciones con España”, es un distractor creado por AMLO para que
se apague de una vez por todas el asunto de la ahora ya conocida como la “Casa
Gris”.
Para el redactor de estas notas el momento que vive,
personal y políticamente el primer mandatario no se reduce exclusivamente al
affaire lúdico-empresarial de su hijo José Ramón propiedad de un ejecutivo de
la firma petrolera Baker Hughes, ubicada en la exclusiva zona de Cypress.
Sin duda que el reportaje de Loret tiene mucha miga.
Pero el país sufre una grave ola de violencia a lo largo de
todo el territorio nacional, la economía apenas muestra pálidos signos de
mejoría, la Pandemia está en un altísimo pico de contagios pese al optimismo de
las autoridades de salud.
Son problemas que van más allá de la espectacularidad
mediática de la Casa Gris o de la Pausa diplomática con España.
El presidente debe descansar física y mentalmente.
Lo hacen la mayoría de los mandatarios del mundo.
Si Joe Biden se va a relajarse y a cargar pilas a Camp
David; nuestro presidente no haría nada fuera de lo común si se toma un breve
periodo de reflexión y alejamiento del mundanal ruido en su finca de Palenque.
El año que inicia será, sin duda, un periodo de uy arduo
trabajo.
EN TIEMPO REAL
1.- El Canciller Marcelo Ebrard está cumpliendo una visita a un importante foro europeo. Marcelo Ebrard ha sido un funcionario que ha estado al lado de su jefe, el presidente López Obrador, en éstos días de alto voltaje político. Marcelo se ha comportado como todo un Canciller, es decir, como un consejero y apoyo leal del presidente. En ningún momento, tanto de la visita de John Kerry como en las acciones relacionadas con la adquisición de vacunas, Ebrard ha sido todo un profesional.
2.- El alcalde de Guadalajara, Pablo Lemus, realizó una compra y renta de patrullas en un contrato que superó los 70 millones de pesos. Ya el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, denunció la estafa maestra de patrullas. El alcalde Lemus, surgido de las filas de Movimiento Ciudadano, está en un verdadero brete porque los medios de comunicación tapatíos exigen que se transparente la operación. Pues mal le va MC en la semana. Primero con los vodeviles de Roberto Palazuelos en Quintana Roo y ahora con el munícipe de Guadalajara, el partido de Dante Delgado está sufriendo las de Caín.
3.- Ahora el que la ha emprendido contra los periodistas es el veleidoso gobernador veracruzano Cuitláhuac García. En una conferencia de prensa estilo mañanera, el CUI, como le dice su círculo de ayudantes, se lanzó contra una periodista de Meganoticias quien le preguntó si estaba a favor de los abogados que defienden a los malosos. El Cui se salió tanto de sus casillas que por poco agrede físicamente a la reportera. El ejemplo cunde.
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