Por Leopoldo Mendívil
HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS:
+Nada es más peigroso que la ignorancia
sincera y la estupidez concienzuda
Martin Luther King
CIUDAD DE MÉXICO.- Sin decir agua va, el gobierno morenista desapareció el Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC).
De un plumazo, la Secretaría de Educación Pública deja colgadas a las familias que participan en el PETC; el gobierno no solo está abandonando a 3.5 millones de niños de escasos recursos, sino también a las madres que contaban con el benefiicio de poder trabajar mientras sus hijos estaban en buenas manos.
El pretexto aducido por la secretaria Delfina Gómez es que el presupuesto se destinará al programa La escuela es nuestra para mejora de la infraestructura educativa.
Que se requiere atender las condiciones físicas de los planteles, ni duda cabe. Cuando no les falta agua, carecen de lavabos o de vidrios en las ventanas. Pero la medida tomada por el gobierno morenista es como cortarse el corazón para salvar el hígado.
Para que vean de qué tamaño es el despropósito, les doy algunos datos:
1.- El PETC fue lanzado en 2008, durante la gestión del perverso de Felipe Calderón, con el propósito de ampliar las oportunidades de aprendizaje de los alumnos al incrementar de 800 a mil 200 horas de clases al año. En el tiempo adicional, los niños hacen tareas, estudian otras materias de corte más cultural y/o practican algún deporte.
Esto de suyo es aplaudible, pero el programa tiene otras virtudes como proporcionar a los niños una o dos comidas a lo largo de la jornada. Los alimentos tienen un balance nutricional y, en muchos casos, los niños ayudan a su preparación a fin de que conozcan a fondo una alimentación sana.
Ahora vayamos al dato duro:
El PETC empezó con 953 planteles y continuó creciendo durante la gestión de Calderón. Para 2017, durante el gobierno de otro perverso: Enrique Peña Nieto, ya eran 25 mil 134; es decir, un crecimiento exponencial. Si el programa no creció más, fue por la negativa de los entonces legisladores de autorizar un mayor presupuesto.
En cuanto a la efectividad del programa, tanto el CONEVAL (2015) como especialistas en estudios educativos de la Universidad Iberoamericana, coinciden en que “las escuelas que formaron parte en el PETC, en promedio, incrementaron sus puntajes en la prueba ENLACE durante los años que implementaron el programa” (REDALYC, 2017). La mejoría fue notoria en lectura (de comprensión) y matemáticas. Ustedes me dirán si esto es o no trascendente.
Perro aquí viene lo más importante:
Las escuelas de tiempo completo están ubicadas en zonas marginadas de todo el país, sobre todo en el sur. Es decir, abonan a la equidad y la justicia social.
Seguramente el PETC tiene áreas de mejora, tanto en lo general como en lo estatal y lo exasperante del caso actual es que toda la dinámica de desarrollo en los grupos vulnerables se irá a la basura.
Entiendo que los recursos públicos son insuficientes para cubrir todas las necesidades del país, pero entonces, ¿para qué se gasta en un Tren Maya que nadie pidió, de dudosos beneficios económicos y de altos riesgos ambientales? El Tren Maya costará 167 mil millones de pesos; el PETC actual eroga 12 mil millones de pesos anuales, lo cual significa que con el presupuesto del primero se cubriría 13 veces el segundo -anuales, al comenzar- y se seguirían mejorando las oportunidades de los habitantes del sur del país
Pero el presupuesto es ooootro tema…
Durante la gestión morenista, que presume de “humanista”, el PETC no ha incrementado el número de planteles y, peor aún, destina alrededor del 60 por ciento de los recursos que se gastaban en la época neoliberal. ¿Cómo la ven?
Ustedes, señores legisladores, son nuestros representantes y están para defender los legítimos intereses de la sociedad.
Hagan lo necesario, y con urgencia, para detener tanta estulticia.
Investigación: Upa Ruiz upa@delfos.com.mx
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