José Luis Camacho Acevedo
Las lecturas de los procesos electorales para renovar
gubernaturas en seis estados son, indiscutible, muy variadas.
Por principio cayó estrepitosamente el triunfalismo chabacano
del pseudo líder de Morena, Mario Delgado. El colimense pronunció un discurso
anunciando cinco victorias de las seis en juego con un fraseo que hizo recordar
a sus ancestros Jorge de la Vega Domínguez o Gustavo Carvajal, quienes hicieron
famosa su declaración postelectoral: obtuvimos un triunfo inobjetable,
irreversible y limpio.
Otra lectura importante es la de que los triunfos logrados
por la alianza PAN-PRIPRD en realidad puede decirse que SOLO UNA la produjo un
priísta, Esteban Villegas si los números a su favor sobre Marina Vitela se
mantienen.
Aguascalientes, sin duda, es una victoria químicamente
panista. Y si en Tamaulipas el Truko Verástegui logra vencer al hasta ahora
puntero Américo Villarreal, también será un triunfo panista en el que el PRI
poco o nada que ver.
Sin embargo, la lectura histórica de los resultados de ayer
es que Alejandro Moreno y José Murat, ahora apoyados por las malas artes de
Rubén Moreira, han logrado la “hazaña” de enterrar al PRI en el mapa de los
estados gobernados por ese partido.
De los seis estados en juego, dos estaban gobernados por el
PRI: Oaxaca e Hidalgo.
Y las dos las perdieron Alito, Murat y Moreira. Con ello
suman ¡10 fracasos consecutivos en solo dos años!
Al PRI le quedan como entidades gobernadas por sus militantes
Coahuila y la joya de la corona que es Estado de México.
Esas dos entidades estarán en juego el próximo año. Y ambas
están en grave riesgo de perderse si los actuales dirigentes tricolores
insisten en jugar con sus fracasados métodos de selección de candidatos.
No hubo sorpresas mayores en lo que se esperaba fueran los
resultados de ayer.
Lo que está claro es que para el PRI solamente le queda como
posible resurrección, que una corriente de militantes con autoridad moral y sin
ambiciones económicas de por medio, logren un cambio de dirigentes que los haga
reponer, en lo que queda, un lugar respetable y competitivo en el espectro de
partidos políticos mexicanos.
EN TIEMPO REAL.
1.- Mucho se ha comentado que, entre los colaboradores de la
jefa de gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, el secretario de seguridad
pública, Omar García Harfuch es el que tiene mayor de conocimiento y aprobación
de la ciudadanía. Ello por encima del secretario de gobierno Martí Batres.
2.- En Tamaulipas la clase política del PAN comenta que,
después de haber fungido como abogado del todavía gobernador Francisco Javier
García Cabeza de Vaca, y cobrando unos emolumentos por demás abultados, debería
regresar a culminar su tarea como defensor en los meses que le quedan en el
gobierno tamaulipecos al pillo del abogado Roberto Gil Zuarth.
3.- El próximo jueves hará la presentación de una obra
importante el ex embajador y ex senador sinaloense Heriberto Galido Quiñones.
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