Doctor Carlos Alberto Martínez
Para el mejor entendimiento del INPC la inflación se divide en dos: subyacente y no subyacente, sin embargo, para efectos de esta colaboración afirmamos que hay una tercera que conoceremos como inflación a la mexicana. La subyacente se refiere a los bienes y servicios que más se consumen en una economía, así tortilla, leche, latas de chiles en escabeche, aguacate, pollo al igual que estudios médicos como la química sanguínea o general de orina, consultas médicas y medicamentos entre muchos otros forman parte de este segmento.
A lo anterior se agrega la medición que, por separado, se hace de aquellos bienes cuyo precio no responde necesariamente a la libre oferta y demanda sino a eventos políticos (subsidios a las gasolinas para evitar pérdida de votos), política energética (priorizar producción de luz costosa), gas (guerra en Ucrania), alimentos frescos (huracanes, sequías) y, aunque no se reconoce, las colegiaturas de escuelas privadas, las cuales suben sin ningún miramiento, racionalidad económica o lógica comercial simplemente porque a la directora del colegio se le antoja ir de viaje a Europa en el verano. La medición subyacente es, por tanto, la que mejor refleja el comportamiento de la inflación en el tanto el proceso de formación de precios es más estable.
Para México debemos considerar nuestra mexicana inflación que consiste en la suma de todos aquellos costos extra-mercado que se van acumulando y acumulando hasta que todos nosotros los adquirimos con ingreso, sin sueldo o con millones en la cartera pues es algo que no distingue estrato social. Estos costos básicamente se refieren a la inseguridad que, a pesar de los años, nuestros gobiernos no han hecho más que aumentarla pese a ser su responsabilidad primara.
El gobierno hace un enorme esfuerzo por mantener los precios de las gasolinas razonablemente estables, pero cuánto deben de pagar las gasolineras por derecho de piso. El gobierno convoca a cadenas de abasto establecidas a ser solidarios y no subir precios del pan, tortillas, leche, pero a cuánto se venden en el comercio ambulante que alcanza el 60% y en los estados del sur el 80% en dónde las cosas se venden en lo que sea sin límite. El gobierno baja aranceles a las importaciones para tener producto disponible en el país, pero cuánto vale el pollo y el aguacate en los mercados que abiertamente a la luz del gobierno, controla el crimen organizado que es quién marca la política comercial y los precios.
Mientras el gobierno del presidente López Obrador no actúe para frenar al narcotráfico, los esfuerzos de sus secretarios de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O y de Economía, Tatiana Clouthier para contener la inflación serán inocuos por lo que los mexicanos seguirán teniendo uno de los aumentos de precios más grande de América Latina. Así, este momento de alta inflación y escaso crecimiento impactará más a nuestro debido a la debilidad en las bases fundamentales como la inseguridad y la corrupción, más nos vale atenderlo ya para evitar seguir sorprendiéndonos.
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