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lunes, 10 de octubre de 2022

¡Bájale a tu prepotencia!


Por  Yazmin Alessandrini


Entre las muchísimas anticualidades que nos distinguen a los seres humanos, indudablemente una de las más desagradables es la prepotencia. Aquellos que son prepotentes o aquellos que ejercen la prepotencias son individuos de personalidad sumamente narcisista y carentes de empatía hacia los demás. Lo que los distingue es que en su cotidianeidad ejercen su poder (que por lo regular es grande o considerable) de manera abusiva; pero también se caracterizan por alardear en presencia de otros y con frecuencia recurren al desprecio y al menosprecio para humillar a sus semejantes.

De entrada, los prepotentes se sienten superiores a los demás, ya sea porque se trata de personas sumamente exitosas, con riqueza material, agraciados físicamente y dotados de un intelecto por encima del promedio, y a la par que desarrollan una personalidad en la que ponen por encima de todo su ego, también anulan por completo de su perfil emocional tanto la humildad como la modestia. Pero, al mismo tiempo, en un análisis más profundo de estos sujetos, la realidad es que se trata de individuos sumamente inseguros y acomplejados.

Y es que detrás de esa agresividad y arrogancia, los prepotentes son personas tremendamente frágiles y vulnerables, a la par de que permanentemente llevan a flor de piel un gigantesco complejo de inferioridad que tratan de camuflar con el ejercicio desmesurado del poder que poseen. Y esto ocurre porque son incapaces de manejar asertiva y atingentemente el rechazo social, aunque la realidad es que cuando se comportan de forma prepotente lo que están detonando es justamente eso: El rechazo de los demás hacia ellos.

Bajo ese contexto, ¿cómo podemos identificar a una persona arrogante? Eso es simple: Los soberbios tratan con desprecio y menos precio al resto del mundo. Siempre demeritan a los demás porque creen que así van a ganar “valor social”; además, por lo regular los arrogantes no le prestan atención a las opiniones ajenas, denotando que son personas que no saben escuchar. Si estás frente a alguien que permanentemente muestra rechazo o está en desacuerdo con lo que dicen otros individuos, indudablemente se trata de un arrogante.

Otra cosa que caracteriza a los prepotentes es que todo el tiempo están alardeando de algo, de sus proezas (las cuales siempre exageran) o de sus posiciones (las cuales siempre exageran también), por lo que no pierden la oportunidad de llevar las conversaciones a un punto en el que ellos siempre están sobresaliendo. Obviamente, a la par de que se comportan de esta forma, cuidan mucho de que sus defectos o imperfecciones. Y cuando se trata de ganar territorialidad hay que tener muchísimo cuidado con ellos, pues suelen ser exageradamente crueles con aquellos que perciben que son tímidos o débiles, porque se sirven de este tipo de personalidades para afianzar su egocentrismo, por lo que es trascendental que jamás les muestres sumisión o temor. Apenas reconozcas que te quieren involucrar en una dinámica de sumisión tienes que echar mano de tu carácter y ser firme para rechazar a quien te quiere faltar al respeto con sus palabras y sus actitudes.

Este tipo de personalidades las puedes nulificar siendo firme, respetuoso y muy determinado a no permitir abusos y/o insultos. La fuerza y el poder mal encaminados conducen a los prepotentes a situaciones desagradables y bajo ninguna circunstancia les debes permitir que te utilicen para sus oscuros fines.

Contacto.- E-mail: alessandriniyazmin@yahoo.com.mx

Twitter: @yalessandrini1

Website: www.lapoliticamedarisa.mx

 

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