José Luis Camacho Acevedo
Con un
reconocimiento al profesionalismo de mi amigo de años, Joaquín López Dóriga.
Martí Batres es un político con muchos adjetivos en su
contra.
Su historial político habla por sí mismo.
Su obsesión siempre ha sido ser jefe de gobierno de la CDMX.
Y para tratar de lograr esa obsesión ha recurrido a todo tipo de malas artes en
los procesos electorales de las elecciones en las que ha sido operador de la
capital del país.
El domingo sucedieron en la CDMX dos hechos sumamente
sospechosos. Ambos en los que, de una manera u otra, tiene que ver el mafioso
político de MORENA, Martí Batres Guadarrama.
Primero se declaró una alerta ambiental. que es responsabilidad
de la Comisión en cuestión, a la que, por la cifra de los ciudadanos que
acudieron a la marcha, no espantó a nadie.
Nadie fue a la marcha en automóvil.
Ya las alertas emitidas por la CDMX tienen a los habitantes
de la CDMX, o de toda la llamada zona metropolitana, tienen tan poca
credibilidad como sus anuncios de que atraparán a los delincuentes que cometen
feminicidios o los asaltantes de transportes público, con una serie de dudas
que prácticamente las convierte en unas alertas ineficaces e increíbles.
Martí Batres dijo que los manifestantes del domingo pasado
eran aproximadamente, entre diez o doce mil ciudadanos.
Personajes que asistieron a la marcha como Joaquín López
Dóriga, quien además transmitió un programa especial del evento en TV Fórmula,
en sus fotografías proyectaban la asistencia de cerca de medio millón de
manifestantes.
Para Martí Batres resultaba más rentable proyectar imágenes
de personajes impresentables como Alito o algunos panistas de la misma calaña.
Sin duda que la marcha fue en contra de que las elecciones
fueran nuevamente manipuladas por el gobierno. En este supuesto por el propio
AMLO.
Esa regresión de nuestra democracia, o sea que el gobierno
controle los procesos electorales, es lo que repudia la sociedad. Esa sociedad
que marchó en la CDMX y en ciudades de gran importancia electoral de todo el
país.
Las cifras de Batres son una más de las trucadas
informaciones que la 4T aprendió del PRI hasta que se le derrumbó el sistema a
finales de los años 90.
Lo que ha quedado claro es que los mexicanos queremos una
democracia sin que el gobierno meta las manos en los comicios.
Así de sencillo es el móvil original de la marcha del
domingo.
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