Seamos claros, la reforma electoral y su Plan B no tienen que ver nada con la modernidad democrática, son las expresiones de la 4T para cambiar las reglas del juego a su favor rumbo a la sucesión presidencial de 2024 y el genio que las articuló es Andrés Manuel López Obrador.

Porque sin duda el Plan B es magistral, que politólogos y opositores digan lo que digan, pero es una jugada increíble que tiene en sí misma varios escenarios e intenciones trazadas por el Presidente a quien sólo un tonto podría calificar de malo calculando pérdidas y ganancias políticas.

Y basta un punto del Plan B (que de entrada es por origen y desarrollo totalmente antidemocrático) que es la llamada “cláusula de la vida eterna” que le garantiza registro y presupuesto a los mini partidos entre los que están incluidos el Verde Ecologista de México (PVEM) y el pátético del Trabajo (PT)… el cuál (análisis aparte) debe andar muy desesperado para lanzar a un payaso como Gerardo Fernández Noroña como precandidato presidencial.

Vamos por partes. En su magistral modelo de “ganar-ganar” López Obrador satisface la intención de sus aliados de garantizar en la pseudo reforma electoral que mantengan sus privilegios y presupuesto con sólo lograr el mínimo de votación (3 por ciento) en 17 estados durante una elección nacional.

Pero, y ahí viene lo bueno, luego se desdice y manda a su alfil Ignacio Mier, líder de Morena en la Cámara de Diputados, a decir que fue “por error” y aquí viene lo genial: con esa jugada amarra a PVEM y PT a su alianza porque se les vió coqueteando con la oposición y así AMLO garantiza que se queden de su lado, porque sin esa cláusula la única opción de verdes y petistas para sobrevivir es aliarse con el partido del Presidente.

Los opositores y los académicos se rasgan las vestiduras reclamando el ataque a la democracia y sin duda algo de razón tienen, pero no han hecho nada real para contener la ola de Morena para cambiar las reglas del juego para garantizar que ganarán el partido de 2024.

Tarde llegaron con la marcha del 13 de noviembre pasado, porque no comprenden que López Obrador es genial y que para enfrentarse a un impresionante estratega natural hay que jugar con sus reglas y tener una capacidad de resistencia tan grande como la maravillosa intuición del Presidente.

Son pocos los que entienden y tienen capacidad de jugar en ese tablero.

Marcelo Ebrard ya se rindió y sólo juega a ver que le toca en el próximo reparto de las cartas, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López juegan con bono a favor y en la oposición los precandidatos del PRI son una caricatura y los del PAN aún están entre ser dignos o payasos.

El único que lleva prácticamente dos décadas en el tablero es el senador Ricardo Monreal, que ha resistido los desprecios y desplantes de López Obrador desde que éste le negó la presidencia del PRD y luego la Jefatura de Gobierno de la CDMX y hoy revira con un aplomo envidiable cada andanada que le envían desde Palacio Nacional.

Hay que ver qué pasa, aun quedan muchas aduanas para el Plan B y la intención de la 4T de torcer las reglas electorales a su favor… pero de que AMLO es genial que no le quepa duda a nadie.

@nesojeda