Por Teodoro Rentería Arróyave
Mientras aquí en México nos destrozamos las vestiduras en torno a la captura de uno de los “Chapitos”, Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo”, Guzmán Loera, sentenciado en Estados Unidos a cadena perpetua, no sólo en Italia, no sólo en Europa, sino en todo el mundo se celebra, se reconoce la captura del capo de capos de la Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro.
La polémica en nuestro país en torno a ese arresto de “El Chapito”, verdaderamente causa hilaridad. ¿Qué se tardaron en su captura? ¿Qué se explique aún más porqué se le permitió en la primera ocasión que burlara a las autoridades? Qué las fuerzas armadas y las policías mexicanas tuvieron la asistencia de la CIA.
Así son las cosas en nuestro país: si no lo detienen malo, si lo detienen peor. Habría que preguntarle a esa comentocracia de qué lado está: ¿del pueblo y la justicia? o ¿a favor del hampa y la impunidad?
Para darnos una idea de la insistente labor de la policía italiana, de los carabineros en concreto, es de señalar que los llevó 30 largos años para lograr el arresto del narcotraficante más buscado del mundo. El éxito ahora es aplaudido sin reservas.
Esto nos dicen los despachos noticiosos: Los vecinos de Campobello di Mazara, relataron que al sujeto lo veían en el bar, en el supermercado o en la pizzería. Cuando iba a la clínica de Palermo a tratarse su cáncer de colon y que llevaba botellas de aceite como obsequio a los enfermeros, como tantos otros pacientes.
A la capital siciliana iba a menudo, también a comprar ropa de marca a una conocida boutique, como una bufanda de Yves Saint Laurent que solía vestir en sus visitas médicas, era afecto de adquirir ropa cara, perfumes y viagra, esa era la vida normal de Matteo Messina, el último padrino siciliano. Su escondite era un piso al lado, a unos kilómetros de su municipio natal
Textual: “Matteo Messina Denaro, el último padrino de la Cosa Nostra, capturado en el centro sanitario de Palermo, llevaba treinta años siendo el criminal más buscado de Italia, pero no vivía como un fugitivo. Paseaba e iba a comprar como cualquier otro. Así lo descubrieron los carabineros italianos que registraron su apartamento en el pueblo de Campobello di Mazara, a menos de 10 kilómetros de su municipio natal de Castelvetrano, en la provincia siciliana de Trapani. Incluso se había hecho inocular las tres dosis de la vacuna contra el coronavirus, siempre bajo la identidad falsa de Andrea Bonafede, un topógrafo de 59 años con el que guarda un enorme parecido.
Un día después el verdadero Bonafede, confesó, ante la prospectiva de una larga condena, que compró la casa en que vivía Messina Denaro con el dinero que le dio para la suplantación de identidad.
“No hacía una vida monástica, al estilo de Provenzano, por poner un ejemplo”, explicó ayer el fiscal adjunto de Palermo, Paolo Guido, con referencia al otro gran superprófugo de la Cosa Nostra arrestado en el 2006. Siguiendo la pista del chófer y guardaespaldas que le acompañó a la visita médica, Giuseppe Lupini, un productor de aceitunas de Campobello di Mazara, dieron con el escondite que había utilizado en los últimos tiempos como vivienda habitual.
Al registrar los carabineros su apartamento, completamente normal en un callejón sin salida a la entrada del pueblo. encontraron hasta la nevera llena. También decenas de pares de zapatillas carísimas, perfumes exclusivos, ropa de marca, relojes o gafas de sol, que solía llevar para disimular su ligero estrabismo. “Es un apartamento bien amueblado y confortable, se ve que sus condiciones eran discretamente buenas. Tiene un mobiliario no de lujo, pero de cierto valor”, dijo el coronel de los carabineros Fabio Bottino. Además, hallaron preservativos y medicamentos de estimulación sexual como viagra -la leyenda explotaba su fama de mujeriego-, con lo que los investigadores buscan a las mujeres que pasaban por la casa para conocer más detalles sobre su círculo de protección.
Ahora el mayor objetivo de la justicia es desenmascarar la red de colaboradores que le permitió escapar de la justicia durante largos treinta años.
La policía científica ya está tratando de buscar restos que revelen sus identidades. Entre los nuevos imputados se encuentra el médico del pueblo, Alfonso Tumbarello, que le atendía. Pero, además, quieren encontrar los secretos que custodiaba, comenzando por los famosos archivos del capo dei capi Totò Riina, que su pupilo habría logrado esconder después de su arresto hace tres décadas. Y para eso ya han hallado una buena pista, según las primeras reconstrucciones: dos teléfonos móviles y una agenda llena de nombres.
Y todo mundo celebra la captura del considerado el último padrino de la Mafia siciliana, del capo dei capi y nadie se rasga las vestiduras, por el contrario, la sociedad italiana y la sociedad mundial felicita a las autoridades y se felicita de que haya caído el mafioso más buscado, aunque le haya tomada treinta años para llevarlo a prisión y ante la justicia. Conclusión, ante este éxito todos los mafiosos pueden caer de su pedestal de falsa gloria y de efímero poder.
Periodista y escritor; presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana, Doctor Honoris Causa por la Universidad Internacional y Académico de Número de la Academia Nacional de Historia y Geografía, ANHG. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.org, y www.clubprimeraplana.org, y el portal irradia noticias.com
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