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viernes, 10 de febrero de 2023

Crónica Confidencial / Homicidios dolosos: la cuadratura al círculo

 


Leopoldo Mendívil


A LOS PRESIDENCIABLES

DE TODOS LOS PARTIDOS:

 

+ La violencia, sea cual sea

su forma, es un fracaso.

Jean Paul Sartre

 

Les doy una noticia buena: Según cifras oficiales, los homicidios dolosos tuvieron una reducción de 10.6 por ciento en 2022, al registrarse 30 mil 968 casos y 25.2 asesinatos por cada 100 mil habitantes.

Ahora les doy muchas malas. Ese porcentaje es acumulado en lo que va de esta administración y se compara con el año más violento del gobierno de Enrique Peña Nieto (2018 con 36 mil 079 asesinatos), cifra que ha sido empatada durante el gobierno de la 4T.

La situación de México es desoladora y, lo más grave, cada vez acecha más a los ciudadanos comunes.

Somos el segundo país en el mundo que, sin sufrir una guerra, tiene el mayor número mayor número de ataques a civiles, con siete mil 279 eventos en 2022, de acuerdo con el reporte The Armed Conflict Location & Event Data Project. Hubo una reducción de 3.9 por ciento con respecto al año anterior, pero de todas maneras son muchísimos casos.

Alrededor de estas frías estadísticas, hay otros aspectos que nos dan la dimensión de nuestra desgracia y lo que se vislumbra como la imposibilidad de verdaderamente alcanzar la paz en el corto plazo.

En términos generales, los estudiosos del fenómeno de la violencia aducen su intensidad a seis factores: pobreza y desigualdad, urbanización, falta de oportunidades para jóvenes, impunidad y debilidad institucional en la procuración e impartición de la justicia, factores facilitadores (v.gr. tráfico de armas) y delincuencia organizada.

Todos estos factores se suman y retroalimentan, por lo que atacar uno, aunque sea con mucho entusiasmo y dinero, no lleva a ningún lado. No importa cuántos recursos se destinen a los jóvenes, si nos topamos con la debilidad institucional y la impunidad.

 Les doy un dato: el año pasado se abrieron 27 mil 220 carpetas de investigación, lo cual indica que tres mil 748 homicidios están en el limbo. Desde 2020, el número de carpetas presenta una tendencia a la baja, según datos recopilados por México Unido contra la Delincuencia. ¿Por qué la diminución? Las negras historias sobre la deficiencia y negligencia de los ministerios públicos y las policías de investigación son de todos conocidas, pero muy probablemente no sean toda la respuesta.

En la opinión pública, incluida la mía, existe la percepción que el alto número de homicidios dolosos obedece a la extendida presencia de la delincuencia organizada e incluso la ONG arriba citada refiere que en nuestro país se cometieron 17 atrocidades diarias y 342 masacres durante el año pasado.

 “Sin embargo,” nos dice el doctor Héctor Hiram Hernández Bringas, en lo observado a nivel internacional, la relación entre homicidios y delincuencia organizada no es tan clara como parece a primera vista. De acuerdo con UNODC (2019), hay partes del mundo con una alta prevalencia de crimen organizado pero bajas tasas de homicidios” (Notas de Población, 27/07/21). De todas las mafias, ¿tenemos la más sangrienta?

 Según Hernández y otros estudiosos de la violencia, en países como el nuestro hay un rasgo tan característico como negativo. En la mayoría de las naciones, los homicidios son resultado de conflictos interpersonales, pero en la zona latinoamericana tienen un componente instrumental. Es decir, se mata para alcanzar fines específicos. Y si a lo anterior sumamos el tráfico de armas y la impunidad, ambos ocasionados por la debilidad institucional…

Hace un año, cuando el número de homicidios presentó una ligerísima disminución de 0.4 por ciento, el presidente muy ufano y retador afirmó que el país estaría peor si gobernaran José Antonio Meade o Ricardo Anaya. Tales declaraciones son parte de la posverdad lopezobradorista, porque no hay nada que soporte tal afirmación. Además de que “el hubiera no existe”, AMLO debiera compararse contra su propia gestión y con nadie más.

Cuando la situación es tan seria, tanto a gobernantes como a la población se les antojan medidas extremas. Ahí están las aplicadas por el presidente Nayib Bukele en El Salvador, quien  en tan solo en un año logró una reducción de 15 por ciento de homicidios dolosos. No sé qué piensen ustedes pero para mí, por muy efectiva que sea la medida, me parece una abdicación.  Lo cierto es que en México nadie le encuentra la cuadratura al círculo para verdaderamente dar seguridad a la ciudadanía.

¿Alguno de ustedes tiene un buen plan?

Los oímos.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Correo: Lmendivil2010@gmail.com

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Twitter: @Lmendivil2015

 

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