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miércoles, 8 de febrero de 2023

Malas cuentas del rector Graue

 


Miguel Ángel Ferrer


El asunto del supuesto plagio de una tesis de licenciatura siempre estuvo muy oscuro. Se acusó públicamente a una ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de haber copiado un trabajo previo de otro autor. Pero hasta el momento todo sigue muy enredado.

Sin embargo hay abundantes datos que trasladan este asunto del ámbito
académico al campo de la política. Porque ocurre que la citada
ministra era candidata abierta a la presidencia de la SCJN, y a quien la
derecha le endosaba simpatías y cercanía con la Cuarta
Transformación.

El escándalo desatado fue decisivo para que finalmente la citada
ministra no pudiera llegar a la presidencia de la Corte, a la cual
arribó una mujer de las simpatías del bloque conservador.

Además, desde su origen, el asunto se prestaba a las sospechas, pues el
denunciante del supuesto plagio, Guillermo Sheridan, es un miembro
destacado del citado bloque conservador, enemigo acérrimo éste de la
Cuarta Transformación y en particular del presidente López Obrador.

Y para más sospechas cabe recordar que el patrón de Sheridan es
Enrique Krauze, líder del bloque conservador, grupo político al que
asimismo pertenece el rector de la Universidad Nacional, Enrique Graue.

Con estos antecedentes ¿procede suponer que Graue es una persona
imparcial? Al contrario. Lo que cabe suponer es que el rector Graue es
parte principal del nuevo complot antiobradorista.

Pero el asunto es mucho más grave en el caso del rector, porque
representa a una institución. Krauze, Sheridan y otros personajes de la
misma ralea no representan más que a sí mismos y sólo son gerentes de
negocios editoriales multimillonarios hechos al amparo del viejo
régimen pripanista.

Obviamente este enredo del supuesto plagio no sólo encuera a Graue como
un personaje ultra conservador. El caso también daña a la UNAM, enorme
institución que actualmente se debate entre posiciones conservadoras y
posiciones liberales. Podría decirse que el rector confundió la parte
con el todo. Habló por el todo, la UNAM, y no por la parte, los grupos
conservadores.

Eso del supuesto plagio parecía que iba bien, ya que el conservadurismo
logró su meta de impedir que la ministra acusada de plagio llegara a
presidir la Corte. Pero el costo de esa maquiavélica jugada ha tenido y
tendrá un enorme costo político para Graue y para la UNAM. Al final de
su rectorado Graue habrá de entregar muy malas cuentas a la Universidad
y a los universitarios.

mentorferrer@gmail.com



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