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lunes, 13 de marzo de 2023

Crónica Confidencial / ¿Dónde están los líderes de la oposición?


Por Leopoldo Mendívil


ACADEMIA NACIONAL DE PERIODISTAS DE

RADIO Y TELEVISIÓN:

 

+ Nadie ofrece tanto como

el que no va a cumplir.

Francisco de Quevedo

           

Comparto con ustedes el reclamo que me hace uno de mis asiduos lectores. “Muchos de ustedes preguntan ‘¿dónde está los líderes de la oposición?’ Pero en vez de ayudar a que uno los conozca, se dedican a hablar de López Obrador.” En la parte que me toca, me declaro culpable.

Don Joaquín –omitamos su apellido- ha sido un votante convencido de la izquierda… excepto en 2018, pues no reconoce en nuestro presidente a un hombre de dicha tendencia ideológica, sino a un populista consumado.

            Me dice mi lector que sí tenemos gente con características de liderazgo, pero no tienen exposición mediática. Por supuesto, don Joaquín no se refiere a los presidentes de los partidos de oposición; para él, Marko Cortés (PAN) es un holograma; Alejandro Moreno (PRI) un gandalla y Jesús Zambrano una voz fantasmal.

Es decir, para don Joaquín estos dirigentes son también un obstáculo para que los líderes de la oposición cobren notoriedad, ya sean militantes de un partido o destacados miembros de la sociedad civil.

Así que ya tenemos tres obstáculos. Primero, el apoderamiento de la agenda pública y el micrófono por parte del presidente. Segundo, la nulidad de los dirigentes. Tercero, la poca atención que los medios prestamos a voces alternativas.

Asumo que ustedes, compañeros, le han echado el ojo a uno u otro aspirante, pero antes de hacer una lista, mejor veamos qué es un líder y qué esperamos de él.

La ciencia política cuenta con variadas definiciones del liderazgo; por ejemplo: “Es la capacidad de definir, articular e institucionalizar nuevos valores y ofrecer nuevas visiones de escenarios futuros en la organización política, (…) desarrollando en ella las capacidades suficientes para convertir la visión en realidad”  (Nanus, B.1995).

Me gusta esta definición porque privielgia otros atriburos por encima del “arrastre” y que los modernos mercadólogos políticos llaman “conectar” con la gente. Sin duda, la capacidad de mover emociones es necesaria; la pregunta es si queremos más de ese lopezobradorismo que sube y baja emociones, con pleitos y ocurrencias, pero cero resultados de gestión. Conectar no necesariamente es arrastrar a la gente por emociones envueltas en falsas verdades.

“El liderazgo debe asentarse en un conocimiento profundo y exhaustivo de lo que sucede y preocupa en el entorno,” nos dice el doctor Santiago Delgado Fernández, de la Universidad de Granada. No dudo que en 18 años de campaña, el inquilino de Palacio conociera los problemas del país, como tampoco que algunos de los líderes opositores conozcan bien las demandas sociales, ya sea por su trayectoria y/o sus estudios constantes.

Así que eso nos lleva a la siguiente característica del líder: la capacidad de focalizar las mejores metas y soluciones para la mayor parte de la sociedad. Yo agregaría que no sólo para sus seguidores. De eso la 4T nos queda mucho a deber, porque habiendo diagnosticado bien al país, sus recetas no han sido las adecuadas.

Otros autores señalan la necesidad de que el líder conozca las instituciones gubernamentales y las leyes, para entonces realizar los cambios (grandes o pequeños) dentro del sistema a fin de generar los beneficios deseados. Esta característica que, a primera vista parecería burocrática para una sociedad ávida de soluciones rápidas, es indispensable para no hundir al sistema político, económico y social en el caos. Qué mejor ejemplo que la fallida creación del INSABI o la ley eléctrica.

Infaltable es la capacidad de un líder para inspirar. Y aquí viene la pregunta: ¿inspirar qué y para qué? Me queda claro que AMLO logró inspirar a muchos conciudadanos; sin embargo, más allá de la esperanza de un cambio, promovió y sigue promoviendo la satisfacción de un resentimiento. En lo personal prefiero un líder que me inspire seguridad y confianza a través de su temple, autenticidad, congruencia e inteligencia, pero sobre todo la firmeza y claridad de sus valores.

Hasta aquí por hoy mi atenta invitación a los colegas para que demos voz a los líderes de la oposición. Así cumpliremos con un deber ante la ciudadanía y que ésta decante aquellos que le parezcan los mejores.

Todo sea por la democracia y en contra del autoritarismo.

P.D. A LOS ASPIRANTES: Rebasen a sus dirigentes y cuéntenos qué proponen, por qué y cómo.

Colaboró: Upa Ruiz uparuiz@hotmail.com

Correo: Lmendivil2010@gmail.com

Facebook: Leopoldo Mendívil

Twitter: @Lmendivil2015

 


 


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