Yamiri Rodríguez Madrid
Hay que reconocer que, durante años, en Veracruz se dejó de invertir en la disposición final de los residuos sólidos, pese a que es un problema constante. Año con año vemos como los ayuntamientos gastan y padecen para deshacerse de estos, lo que no es solo un problema financiero y social, sino también ambiental.
Por eso es una buena noticia que la Federación haya anunciado que Nanchital tendrá un sitio de manejo de residuos que resolverá la problemática de contaminación, aunado a que el estado también ha invertido en este último año en la construcción y mejora de rellenos sanitarios y uno que otro ayuntamiento se preocupa y ocupa de ello. Estas son obras que la gente no valora; como no las ve, no dimensiona su importancia, pero son vitales para nuestro día a día y para el medio ambiente.
Este fin de semana, por ejemplo, se dio mantenimiento al relleno sanitario de Nogales, donde Córdoba deposita sus residuos, por lo que se suspendió el servicio un día. En Oluta, en el sur de Veracruz, la Procuraduría Estatal de Protección al Medio Ambiente (PMA), se han invertido de casi 30 millones de pesos, provenientes del Fondo de Remediación Ambiental, en un relleno sanitario que contará con oficinas, básculas, una laguna de lixiviados, control de gas y caminos de acceso para brindar un sitio adecuado para la disposición final de la basura a los 300 mil habitantes de la cabecera municipal de Oluta y municipios aledaños.
Obviamente el de Nanchital, viene a resolver el problema de los basureros a cielo abierto. Con el proyecto Casa Caracol, Comunidad de Restauración Ambiental, se afirma que será modelo de gestión integral de residuos y de educación ambiental, pues adicional a la infraestructura para la disposición de residuos, contará con una reserva ambiental, una planta de separación, un centro comunitario y de capacitación en materia de manejo de residuos, actividades que obligan a tener una operación técnicamente impecable del relleno sanitario.
Obviamente, cada vez que se anuncia un relleno, hay inconformidad. En Paso de Ovejas, por ejemplo, desde el mes de agosto, habitantes de varias comunidades han protestado y bloqueado la carretera Xalapa-Veracruz, en contra de un relleno. Es cierto, nadie quiere vivir cerca de un relleno, pero ¿y entonces qué se hace con su basura? El tiradero a cielo abierto de Nanchital no cumple con ningún tipo de normatividad; está en una barranca de 40 mil metros cuadrados, a tan solo 479 metros de Cobaev y a 674 metros de San Miguel. No solucionarlo sería criminal.
Si cada uno de nosotros generamos en promedio un kilo de basura diario -unos más, otros un poco menos-, es urgente que las administraciones inviertan en solucionarlo con obras de infraestructura, pero también en educación ambiental que nos enseñe a generar menos basura, en reutilizar y reciclar.
@YamiriRodriguez
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