El factor Kenia López Rabadán
En todo proceso electoral surgen nuevos líderes que acompañan de manera cercana a los candidatos, aquellos que la gente percibe que son escuchados y que defienden el proyecto que representan los aspirantes a ser Presidentes de México, ayudan a dar un rostro complementario a los candidatos, los representan en medios de comunicación, los acompañan a eventos y a su vez, en caso de ganar, se convierten en piezas clave dentro de los gobiernos para bien o para mal, como dice el dicho “dime con quién andas y te diré quién eres”.
El caso que comienza a adquirir una particularidad muy especial y que desentraña mucho de lo que está sucediendo moral, política, social y espiritualmente en la contienda es el de la Senadora Kenia López Rabadán, actual Jefa de la oficina de Xóchitl Gálvez. Ella es de toda la confianza de Xóchitl y no tiene en su carrera política ningún historial ni señalamiento de corrupción, jamás se ha visto envuelta en escándalos ni exhibida en excesos y derroches.
De hecho, desde joven se ha caracterizado por ser una devota guadalupana, al grado de ser catalogada como “mocha” desde temprana edad, por lo que ha sido un extraordinario puente para muchos sectores vinculados a los credos que comparten creencias y valores cristianos, quienes tienen una gran representatividad, seguidores, peso moral y económico.
Es una mujer clave para las cabezas del PAN, en especial para quien ha acumulado más poder al interior del partido, Jorge Romero, ya que ha demostrado ser una persona institucional con el partido, siendo la única mujer al interior del Frente con más posibilidades de ganar la interna para contender por la CDMX, pero optó por declinar a favor de Santiago Taboada en pro de la unidad de la oposición.
Si bien puede gustar o no su estilo, lo cierto es que gracias a ella se han ganado los más importantes post debates, Kenia es la más visible asistente a todas las mesas de debate con los más vistos y seguidos programas de análisis político, lo mismo encuera como una enana moral a una Gabriela Cuevas, desenmascara la hipocresía de la siempre enardecida Tatiana Clouthier o nos arrebata carcajadas cuando está frente a Citlalli Hernández.
Como Presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en el Senado, fue la voz de las víctimas y luchó por las causas que históricamente eran de izquierda, pero que ahora encuentran pocos espacios donde puedan ser escuchados y representados realmente, y en múltiples ocasiones en este sexenio eso ha sido Kenia.
Aunado a lo anterior, fue la propuesta número uno en la cuarta circunscripción de las listas plurinominales a diputados, lo que la convierte, en caso de un resultado adverso para la oposición, en la perfecta candidata; por ejemplo, a ser Coordinadora de los diputados del PAN o Presidenta del Partido. En caso de un resultado favorable, la lógica indica que ella sería un elemento estratégico dentro del gobierno de Xóchitl.
Ahora bien, ¿cuál sería la Kenia dentro del equipo de Sheinbaum o de Máynez? La respuesta es compleja, ya que ambos candidatos se ven muy maniatados y sus portavoces no transmiten ni siquiera buena ondita, ¿la impresentable Tía Tatis que ni en su familia la respetan políticamente? Claro que no, un embustero público hace su gran arte de fechoría una ocasión, no puede una vez que es descubierto. ¿Gabriela Cuevas, Citlalli, Monreal, Adán Augusto, Mario Delgado, Samuel García? Difícil de contestar.
Cualquier análisis serio de la política contemporánea debe incluir a Kenia como un factor determinante en la vida pública del futuro inmediato.
César Daniel González Madruga “El siervo”
@CesarG_Madruga
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