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miércoles, 8 de mayo de 2024

El sustento económico de la administración se basa en cuatro pilares fundamentales. Rogelio Ramírez de la O


Ciudad de México, 7 de mayo de 2024

Palabras del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, 

durante la Reunión Nacional de Consejeros Regionales BBVA 2024

Perspectivas Económicas y de Finanzas Públicas

Muy buenas tardes a todos. Es un honor estar aquí nuevamente en esta 

Reunión Anual de Consejeros Regionales de BBVA. Me complace participar y 

compartir nuestras experiencias con algunos de los actores más destacados 

del sistema financiero de nuestro país. Este espacio de diálogo es una 

oportunidad invaluable para examinar las recientes tendencias y los sucesos 

económicos que delinean el presente y futuro de México. 

Comienzo destacando que, pese al complejo panorama económico 

internacional, la economía mexicana ha demostrado gran fortaleza. En 

contraste con las décadas inmediatas a la Segunda Guerra Mundial o en los 

1990’s, hoy no hay consensos globales de política pública de aplicación 

general ante situaciones cada vez más particulares en cada país. 

No es exagerado decir que, en el caso de la política más básica: la fiscal y la 

monetaria, se observan desviaciones muy grandes de una tendencia central 

entre economías de importancia sistémica. Y más aún, en las políticas 

comercial, de energía o impuestos.

Esta administración ha aplicado políticas desde su llegada en 2018, todas 

consistentes y todas pertenecientes a un marco, en respuesta a las 

condiciones muy particulares de México.

El sustento económico de la administración se basa en cuatro pilares 

fundamentales. El primer pilar es el fortalecimiento de los ingresos familiares, 

particularmente de los hogares con menores ingresos y más vulnerable a 

fluctuaciones. Lo anterior, con el incremento en el salario mínimo de más de 

70 % en términos reales, la eliminación de prácticas de subcontratación y los

programas de apoyo para grupos vulnerables. 

El primer pilar representa ahora un mercado interno sólido y un motor clave del 

crecimiento económico. Hoy la tasa de crecimiento del consumo es 4.3%, 

superior al promedio histórico de 2.6%. 

El segundo pilar es una política de desarrollo regional con fuerte inversión 

pública en proyectos que aumentan la conectividad y la eficiencia en el traslado 

de productos, es decir un sostén de mayor productividad. A la inversión pública 

le sigue la inversión privada.

Destaca la modernización de vías férreas, caminos y puertos, entre otros 

proyectos encaminados al crecimiento sostenible en todas las regiones de 

nuestro país y no sólo los del norte del país.

El tercer pilar son las políticas de empuje de oferta, (supply side), dando 

certidumbre a la renovación de nuestros acuerdos comerciales, e 

intervenciones oportunas ante emergencias, con otros países, el régimen 

impositivo como el PACIC, que contienen impactos inesperados y 

desfavorables.

El cuarto pilar es un balance fiscal razonable y sostenido, ligado a un nivel 

sostenible de deuda pública sobre PIB. Con ello, se refuerza la estabilidad y 

confianza para atraer inversiones, mantener el acceso de crédito y 

salvaguardar nuestra prosperidad futura.

La economía mexicana es hoy más resistente a retos provenientes del exterior 

que lo que era hace algunos años, por ejemplo, la gran inflación, aunque breve 

de 2022-23, la ola proteccionista en el comercio mundial, la renegociación del 

TMEC o el aumento tan abrupto de la tasa de interés del FED. En los últimos 

tres años, el crecimiento económico de nuestro país ha estado por encima de 

su promedio histórico y ha superado las expectativas de analistas y 

participantes del mercado. 

Para este año y el siguiente, anticipamos que esta dinámica positiva se 

mantendrá. Esto, por el espacio que aún tiene la economía para recuperar la 

tendencia previa a la pandemia, y la adición de capacidad física de producción, 

y el impulso generado por la relocalización de empresas. 

Así, hemos observado que nuestro país esté atravesando por una etapa 

distintiva de crecimiento económico, ahora mejor compartido y que permea en 

todos los sectores de la población.

Destaca la fortaleza del mercado laboral. Las primeras cifras del año muestran

que la firmeza del mercado de trabajo se ha extendido hacia 2024, 

proyectándose como una fuente sólida de crecimiento.

Durante marzo, la tasa de desempleo tocó el nivel más bajo desde que se tiene 

registro al alcanzar un valor de 2.3%. Al mismo tiempo, se han presentado 

niveles crecientes de participación laboral, un buen ritmo de creación de 

empleos y una dinámica salarial positiva para los trabajadores mexicanos. 

Otra característica notable ha sido el dinamismo de los estados al sur del país. 

La región sur, no solo fue la primera en recuperarse de los impactos negativos 

de la pandemia, sino que además ha mostrado los mejores resultados 

económicos de los últimos años. 

Entre el cuarto trimestre de 2018 y el cuarto de 2023, los 4 estados con mejor 

desempeño económico pertenecen a esta región. Tabasco con un crecimiento 

acumulado de 47%, Oaxaca con 16%, Quintana Roo con 15% y Chiapas con 

11%. 

Así, se está consolidando cada vez más un desarrollo económico próspero e 

igualitario en todos los rincones de México. En el Bajío y norte del país, en 

ambas zonas costeras, también el crecimiento se ha acelerado. 

Relacionado con eso está el crecimiento intensivo de la inversión, tanto 

pública como privada. Tan solo en 2023, la inversión creció a un ritmo récord 

de 19.5%, alcanzando máximos históricos, ya sea que se le mida en pesos 

constantes o en porcentaje del PIB.

Conviene destacar que la inversión en construcción no residencial ha 

contribuido notablemente al crecimiento de la inversión total. Esto es relevante 

porque las nuevas estructuras significan mayor capacidad productiva, con 

efectos positivos en el crecimiento potencial.

Nuestras perspectivas para el desempeño de la inversión se mantienen 

positivas considerando que la confianza empresarial permanece en niveles 

superiores a su promedio histórico.

También relacionado con lo anterior, nuestro país es uno de los destinos más 

atractivos para las inversiones internacionales. Durante 2023, la economía 

recibió un monto histórico de 36 mil millones de dólares por concepto de 

inversión extranjera directa.

En los últimos años, se han sentado las bases para que nuestro país sea capaz

de consolidar y extender los resultados económicos mencionados. 

Asimismo, los anuncios de inversión por parte de empresas internacionales 

nos permiten anticipar que durante este año y el siguiente seguiremos viendo 

cifras importantes de Inversión Extranjera Directa que podrían incluso superar 

las de 2023. 

Hay sectores como el automotriz en los que México lleva varios años siendo 

uno de los competidores más importantes a nivel internacional. En la 

actualidad, los nuevos procesos de innovación han derivado en el surgimiento

de nuevas industrias en sectores menos tradicionales como la producción de 

vehículos eléctricos. Lo anterior ha significado una gran oportunidad para la 

industria automotriz mexicana, a la que trae un nuevo ciclo de vida. 

Las razones que hacen de nuestro país el destino ideal son nuestra red de 

tratados comerciales, la posición geográfica, fuerza laboral calificada y el 

entorno de estabilidad económica y social.

Si bien las oportunidades son abundantes, también debemos reconocer los 

desafíos que se avecinan y en los que, de manera coordinada el sector público 

y la iniciativa privada deberemos seguir trabajando y por eso también 

reconocemos que falta mucho por hacer en numerosos campos de política 

pública, así como de acción privada.

Confiamos que, con el trabajo conjunto con el sector privado, nuestro país será 

capaz de atender estas y otras necesidades que demanden los procesos de 

relocalización y el desarrollo subsecuente.

Los beneficios de las nuevas y mayores inversiones se pueden y deben 

extender a lo largo y ancho del territorio, asegurando que cada región del país 

pueda desarrollar su potencial, aprovechando sus ventajas en dotación de 

recursos, especialización sectorial y conectividad con el mercado global y 

nacional.

Parte de la estabilidad económica, es que el balance del sector externo se 

mantiene en un nivel razonable, tanto en la cuenta corriente como en las 

reservas internacionales. 

Este entorno de estabilidad macroeconómica ha contribuido a la adecuada 

orientación del presupuesto público. Para el año 2024, estimamos que la 

deuda pública alcance alrededor de 50% PIB, o incluso algo menor, tras tres 

años consecutivos en los cuales la deuda observada ha sido inferior a la 

programada. 

La política pública ha incluido cuidar contener las presiones en el costo 

financiero, aun en el contexto de tasas de interés muy elevadas.

Nuestro país ha destacado entre las economías emergentes y de América 

Latina por mantener una posición fiscal consecuente con la estabilidad; esto, 

tomando en cuenta el aumento del déficit que se estima para este año. 

Ahora bien, el ejercicio del presupuesto público no se ha limitado a la 

estabilidad macroeconómica. Desde 2019, el enfoque del gasto público ha 

experimentado una notable transformación, enfocándose en la promoción de 

equilibrios entre el bienestar de la población con desarrollo regional y mayor 

capacidad productiva.

Me refiero brevemente a lo importante del sistema financiero y de la banca 

para el desempeño económico nacional. En nuestro país, los índices de 

capitalización de la banca comercial se han mantenido por arriba de los 

estándares internacionales de Basilea, al tiempo que los Índices de Morosidad 

permanecen cerca de mínimos históricos.

La banca contribuye así, a la estabilidad macroeconómica y financiera del país, 

al tiempo que ayuda a financiar los proyectos para el crecimiento de México. 

Desde la Secretaría de Hacienda reconocemos que aún hay espacio para 

profundizar el sistema financiero nacional, y hemos trabajado activamente por 

fomentar su desarrollo. 

Por ejemplo, mediante la reforma a la Ley del Mercado de Valores se sientan 

las bases para modernizar y fortalecer el marco regulatorio del mercado de 

capitales en México. Con ello se incrementará el número de emisiones en la 

bolsa y cada vez más empresas podrán acceder a este tipo de financiamiento.

Concluyo agradeciendo nuevamente la invitación y reitero nuestro compromiso 

desde la Secretaría de Hacienda en la continua colaboración con el sector 

financiero para promover el sano desarrollo económico de nuestro país. 

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