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martes, 27 de mayo de 2025

La presidente Sheinbaum, atrapada en el poder que ganó




Fernando Schütte Elguero

Claudia Sheinbaum ha comenzado su mandato presidencial con claridad de rumbo, competencia técnica y una agenda ambiciosa. Aunque tono de su discurso no marca distancia del sexenio anterior, los hechos muestran otra cosa. Hay profesionalización en áreas clave, cooperación internacional, atención a la crisis de seguridad y esperemos tener señales señales de recuperación del Estado de derecho. Bajo su presidencia, se han desmantelado cientos de laboratorios de drogas (que hasta hace unos meses no existían), se han restablecido relaciones diplomáticas estratégicas y se ha comenzado a recuperar la lógica institucional de gobierno.

Pero gobernar no es solo proponer. Es también decidir y sobre todo, resistir. Sheinbaum, pese a su legitimidad electoral, está atrapada entre estructuras de poder que limitan enormemente su margen de maniobra.

Uno de esos límites es el equilibrio militar. Aunque ella misma eligió al general Ricardo Trevilla como secretario de la Defensa Nacional y fue una decisión acertada, la convivencia entre un modelo militar dominante y la propuesta civil que impulsa su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, requiere constante negociación. Aunque no hay conflicto abierto, sí hay fricciones inevitables. La Sedena sigue operando sectores enteros del Estado, y desmilitarizar gradualmente la vida pública es un reto político de gran calado.

El otro límite es más profundo y extendido, es el aparato político que Andrés Manuel López Obrador dejó incrustado en todos los niveles de gobierno. Según análisis recientes, el 49% de las posiciones clave en el gabinete actual (entre secretarías y subsecretarías), siguen ocupadas por perfiles provenientes del entorno de AMLO. Solo el 22.8% del gabinete responde exclusivamente al equipo de Sheinbaum. En el Congreso, la coalición oficialista controla 364 de 500 diputados y 83 de 128 senadores, con muchos legisladores leales al expresidente y no necesariamente a la nueva jefa del Ejecutivo. La situación se repite en las gubernaturas, donde 23 de las 32 entidades están gobernadas por morenistas afines y que le deben sus puestos a López Obrador, y en el Poder Judicial, donde se colocaron y se colocarán, jueces y magistrados a modo. A eso se suman figuras internas como la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodriguez Velázquez ( quien ocupaba el lugar que hoy ocupa García Harfuch y no hizo más que administrar el discurso), así como operadores como César Augusto López Hernández y Gerardo Fernández Noroña, que actúan como custodios del lopezobradorismo y representan un contrapeso constante para cualquier intento de cambio, modernización o apertura democrática impulsado por la presidente. Estos actores no solo dificultan la construcción de consensos, sino que inhiben cualquier disenso o matiz dentro del oficialismo.

Claudia Sheinbaum tiene el conocimiento, la capacidad y la legitimidad para construir un nuevo pacto nacional. Pero mientras siga rodeada de estructuras y lealtades que no responden a su visión, será difícil consolidar una presidencia plenamente autónoma. El poder que ganó se convierte, así, en la red que limita su espacio de actuación. Para gobernar con independencia, necesita decidir pronto si semantendrá como equilibrista o si iniciará un proceso de reconfiguración interna. México no necesita continuidad, necesita evolución.

Finalmente, un hecho reciente ha encendido las alertas sobre la violencia política, el asesinato de Ximena Guzmán, secretaria particular de la ahora jefa de Gobierno Clara Brugada, y del asesor José Muñoz. A pesar de la circulación de un video que revela la frialdad del ataque, las autoridades federales y capitalinas trabajan con al menos doce líneas de investigación, algunas de ellas tienen que ver con fuego “amigo”, otra con el CJNG y una más que no necesariamente está separa de las anteriones, los penales y su administración. Pero si este crimen no se esclarece con prontitud, continuará alimentando la sospecha, el miedo y las teorías que surgen en el pensamiento colectivo de ciudadanos, políticos y opinadores. En el nuevo gobierno, la verdad también debe gobernar.

@FSchutte

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