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| Foto: Internet |
José Luis Camacho Acevedo.
El libro de Stephen Koch El Fin de la Inocencia, trata, en contra de lo que pudiera dar a pensar el sugestivo título, de una historia de perversidad mediática y no del extravío de lo que pudiera considerarse una etapa de la vida en sus inicios y una estupidez SI LA INOCENCIA PERSISTE en etapas más avanzadas de nuestras existencias.
El subtítulo que los editores han puesto a la obra de Koch se relaciona todavía más con la perversidad de los políticos que no paran en mientes para encubrir sus malas artes: “La Seducción de los Intelectuales”.
Willi Munzerberg era el contacto de Stalin con los intelectuales.
Hitler se encolerizaba con su ministro “para la Ilustración Pública y Propaganda”, Joseph Goebbels, porque ningún intelectual de su tiempo se refería a él en los términos que lo hacían del líder ruso.
La razón eran los niveles culturales y de relación que existían entre Goebbels y Muzenberg.
¿Y qué tiene que ver la obra de Koch El Fin de la Inocencia y los propagandistas Muzenberg y Goebbels, con la inmunda política que se vive en México en estos tiempos?
Vamos por partes.
Las estrategias de Goebbels y de Muzenberg eran imaginativas y proyectaban, cada quien en su estilo y sus estrategias, lo que ahora los expertos llaman “positivos” de organizaciones políticas, dependencias oficiales o privadas.
O lo dicen de cualquier funcionario público, empresario, dirigente político o ya de plano de un político convertido eventualmente en candidato a un cargo de elección popular.
Los “estrategas” que analizan y operan la política mexicana, ya sea desde lo mediático en los partidos o en las agencias gubernamentales; o sus contrapartes puramente mediáticas, en los últimos tres lustros cuando menos, realizan sus trabajos de propaganda basados fundamentalmente en los efectos “negativos” que producen armas como la difamación, la calumnia o la simple descalificación.
Hoy los priístas, porque lo ven con posibilidades de ganar la elección para gobernador en Nuevo León, dicen que El Bronco es mujeriego.
¿Y?
Los panistas y los seguidores de López Obrador dicen que Peña Nieto tiene igual gusto por las damas.
¿Y?
Que a Felipe Calderón le encanta tomarse sus copas.
¿Y?
No es justificación de los yerros o los muy personales gustos de nuestros próceres, simplemente es un ejemplo de la difamación y de la calumnia que vienen caracterizando la forma de “hacer política” en nuestro país.
Esos, las mujeres, la copita, los yerros oratorios, son los ejemplos de calumnias más recientemente utilizadas en la guerra sucia de la política mexicana de estos días.
Pero el fin de la inocencia se termina cuando la sociedad descubre casos como los siguientes, que son de cinismo unos, de malas artes en la política otros y finalmente de utilización “cándidamente perversa” de los medios por comunicadores a sueldo para calumniar a los enemigos de sus crípticos dueños.
La verdad por lo que se ha visto en materia de guerra sucia en el transcurso de las campañas políticas en marcha en México, Muzenberg y Goebbels eran unos angelitos comparados con los instrumentos mediáticos, humanos y materiales, ahora respaldados por alta tecnología como las grabaciones que hacen y luego filtran a las redes sociales que difunden esos contenidos, sin posibilidad de aclaración alguna, en la medida que son vehículos de libre comunicación que trabajan a la velocidad de la luz.
Los casos:
1.- Cínico Marcelo Ebrard, que después de pasar la pena de la Línea 12, de su relación con el padrino de los Abarca-Pineda, Ángel Aguirre, y de su intento de ser Juanito para tener fuero a través del putrefacto partido de Dante Delgado, ahora sale con la gitanada de que, olímpicamente, le pilló a la ciudad que gobernaba, una casona de las grandes y buenas que existen en la colonia Roma.
2.- Truculento y maniobrero el mandatario oaxaqueño Gabino Cué, ahijado del ahora promotor panista Diódoro Carrasco, que ha creado un monstruo social denominado CNTE. Es lamentable la afectación que sufre la Reforma Educativa con la cancelación del esquema evaluatorio para los maestros por presiones de la CNTE en tiempos electorales.
3.- El lector de noticias Jorge Ramos vuelve a atacar a México ahora a través de una radical ultraderechista, Ann Coulter quien le dijo a Ramos en la entrevista que le hizo “que los estadounidenses deben temer más a los inmigrantes que al grupo extremista ISIS.”
“Si no quieres morir a manos de ISIS, no vueles a Siria; si no quieres morir a manos de un mexicano, no sé qué decirte”.
Ramos, considerado inteligente junto con otros 99 personajes por una revista de EU, personajes entre los que destaca la guapa empresaria y modelo Kim Kardashian, a quien de verdad yo considero mucho más inteligente para utilizar los medios que a Jorge Ramos, pone a México en tesitura de estado fallido cuando deja que la radical señora Coulter diga lo siguiente sobre la mexicanización de Estados Unidos en el programa America with Jorge Ramos de Fusion:
“Los mexicanos que huyeron de México quieren recrear México aquí”, dijo la polémica comentarista, que aparece frecuentemente en medios de comunicación de EE.UU.”
Sin duda que la señora Coulter chamaqueó vergonzantemente al pobre de Ramos.
Duele que al país se le califique tan peyorativamente.
Y no nos mueve un nacionalismo campechano sino una simple actitud de pertenencia a una nación en la vivimos y de la que somos parte.
Pero hay señales, todavía pálidas o débiles, pera ya manifiestas de muchas maneras, de que para nuestra sociedad llegó el tiempo del fin de la inocencia.
Una prueba de ella la veremos en los resultados de los comicios del próximo domingo.
Porque los que elijan a las nuevas autoridades y a los nuevos legisladores, serán mexicanos dignos que no caben en la mentalidad obtusa de personajes como Ramos o Coulter.

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