Que terrible que algunos –mala fe- hablen mal de Tamaulipas; que hagan observaciones negativas sencillamente porque no conocen todo el contexto y por que les viene más sencillo ver el vaso medio vacío y que además en su maniquea -de buenos y malos- propongan escenarios y catástrofes
Y por ello, hoy afirmamos que es tiempo de contar también lo bueno; de alzar la voz para decir que nuestra casa tiene muchas historias de éxito y que una de ellas es el Festival Internacional Tamaulipas. Un esfuerzo que revela que este territorio no es el “apaches” que muchos quieren ver.
Este festival cultural nuevamente se realiza bajo el cobijo del gobierno que encabeza Egidio Torre Cantú, y el mismo, hará posible la participación de 164 grupos conformados por un total de mil 699 artistas, de los cuales más de mil son tamaulipecos. Se ofrecerán más 400 espectáculos con grupos de tantas latitudes del mundo y de diferentes entidades de México y por supuesto de Tamaulipas.
Con el FIT se hace posible que la República Argentina sea el país invitado especial y que el estado hermano de Chiapas tenga un digno lugar en la edición, donde destacan además de Argentina delegaciones de Rusia, Israel, Cuba, Colombia y Canadá. Por eso, que bien que podemos contar y hablar bien del Tamaulipas que ha salido avante de todos sus retos.
Que por encima de la circunstancia geográfica de ser frontera con el país más contaminado, en términos de drogas y armas, nuestra posición norteña le ha comprometido en muchas ocasiones a través de la historia de México y su relación con los Estados Unidos.
No es retórica fácil hablar bien de Tamaulipas, es solamente ajustar a la realidad este esfuerzo que es ejemplo nacional de la sociedad civil, los gobiernos municipales y de la entidad que define al estado fuerte por su gente tradiciones y cultura.
Un festival que ya no está solo, pues adicional al tradicional de estas fechas de otoño, existe otros más que bajo el presente mandato se efectúan. Festival de las huastecas de jazz, de cine, del altiplano y tantos que son parte de un programa que en todas las latitudes mandan la señal de fortaleza que solo los mezquinos no ven.
Así que si pedimos que contemos también lo bueno, es ser justos con la población fuerte que trasciende, pues somos más los que queremos una entidad de valores, no de antivalores. Una comunidad que tiene mucho que presumir en torno a su arquitectura, danza, escultura, literatura, pintura, teatro, vegetación, cacería, pesca, música, arte culinario y más.
El festival internacional trae nuevamente una cartelera de eventos que permiten, como dicen la filósofa Cristina, “ir más allá de las hamburguesas y el pollo frito”. Mojémonos pues de esta buena oportunidad para acercar a la familia, a los seres queridos, a los teatros y a las plazas públicas para disfrutar de la delicia que es la cultura.
Y decía Kundera ( si lo digo yo no tiene relevancia –lol-) que “la cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir” y el FIT es una prueba...
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