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jueves, 16 de mayo de 2019

Enfoque Global / Guerra comercial alienta el uso de arma letal por China

José Luis Ortiz Santillán

La insensatez del presidente Donald Trump ha empujado a los Estados Unidos a una guerra comercial con consecuencias impredecibles. Ahora Washington ha iniciado la puesta en marcha de un procedimiento para aumentar los aranceles a todas las importaciones procedentes de China, cuyas consecuencias inmediatas deberán pagarlas los consumidores estadounidenses y los empresarios que necesitan del mercado chino para fabricar o vender sus productos como Apple, Caterpillar o Intel, que actualmente importan de China el 25% de sus componentes; con ello, ropa, calzado, teléfonos y cientos de productos chinos importados se verán afectados.

Las empresas chinas valoran su salida del mercado estadounidense. Según el Comité Nacional de Relaciones entre China y los Estados Unidos, las inversiones chinas en los Estados Unidos han caído en un 80% y con 5.6 billones de dólares en 2018, por lo que hoy estarían en su nivel más bajo desde 2012; no sólo producto de la guerra comercial, sino de una estrategia del gobierno chino que ha alentado a algunos conglomerados a desinvertir para asegurar su salud financiera.

Después del incremento de los aranceles a las importaciones procedentes de China en los Estados Unidos el viernes pasado, Beijing anunció este lunes la introducción a partir del 1 de junio de aranceles del 5% al 25% sobre 60 mil millones de dólares de productos estadounidenses importados a su territorio, como respuesta; luego del fracaso de las negociaciones comerciales entre los dos países de la semana pasada en Washington.

El presidente Trump, embriagado de poder, ve a los Estados Unidos como el gran ganador de este conflicto comercial; él ve en las medidas proteccionistas aplicadas para poner de rodillas a los chinos y hacerles aceptar sus condiciones, en un acuerdo comercial en negociación, la llegada de millones de dólares a su país, olvidando que el comercio tiene consecuencias reciprocas para uno y otro país; pero, sobre todo, Trump ha despreciado que hay enormes inversiones chinas en su país que podrían buscar otros mercados.

Por ahora, es probable que el gobierno federal esté obteniendo nuevos ingresos con los aranceles impuestos a las importaciones chinas; pero, por otro lado, los exportadores chinos, en contraste, no parecen estar perdiendo dinero; y, según los medios internacionales, no hay indicios de que hayan reducido sus precios por el momento; lo cual deja claro que serán las empresas y los consumidores quienes deberán pagar los desaciertos de una política comercial errática del presidente estadounidense.

Mientras, en los Estados Unidos no sólo hay irritación entre los empresarios, sino consternación. Los agricultores estadounidenses han señalado que ya han perdido mucho en esta guerra comercial, a pesar de los subsidios excepcionales que les han otorgado para compensar la disminución de las compras chinas, incluida la soja y en una declaración pública, expresaron su oposición a las continuas disputas entre el presidente Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, solicitando más certeza y no más aranceles que frenen el intercambio comercial entre los dos países.

El presidente Donald Trump parece estar desinformado y no saber quien es el principal acreedor de su país. Un medio chino señaló este martes que, las compras de Boeing podrían revisarse a la baja y que cada vez se habla más del uso del arma letal china: “la venta masiva de bonos del Tesoro de los Estados Unidos, un arma más mortífera que una bomba nuclear, que destruiría la economía de los Estados Unidos, que vería aumentar su deuda hasta la insolvencia, con daños colaterales en las reservas chinas; lo cual muestra que la vuelta al proteccionismo comercial sólo podría traer más trastornos a las economía nacionales y a la economía mundial.

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