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miércoles, 31 de julio de 2019

Dobleces / La venganza de los videoescándalos

Israel Mendoza Pérez
@imendozape

Llegó el momento de cobrar venganza. El citatorio a Rosario Robles por el caso de la “estafa maestra” y la detención del abogado Juan Collado por parte de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República (FGR) por su probable responsabilidad en la comisión de delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita tienen un común denominador, ambos personajes se encuentran ligados a los videoescándalos de 2004.

El golpe mediático más severo a la carrera política de Andrés Manuel López Obrador a través de los videos que difundió el empresario Carlos Ahumada en la que se exhibió a René Bejarano, quien fuera secretario particular del tabasqueño y operador político para ganar la Jefatura de Gobierno en 2000, forrándose de billetes y ligas, pegó en la bandera anticorrupción del entonces Jefe de Gobierno.

En su libro “La mafia nos robó la Presidencia”, Andrés Manuel López Obrador detalla, en la página 152, cómo se armó parte del supuesto complot en su contra. “Salinas puso en comunicación a Ahumada con Juan Collado, su abogado, quien a la vez fue en encargado de poner en contacto a Carlos Ahumada con Diego Fernández de Cevallos, influyente senador del PAN y otro de mis malquerientes. Casi al mismo tiempo, Salinas y Diego establecieron comunicación con el Secretario de Gobernación, con el procurador general de la República y con el secretario de Hacienda. Como es obvio, de todo esto estuvo enterado Vicente Fox. Hicieron el trato con Ahumada a cambio de dinero y protección”.

En este entramado, Rosario Robles sostenía una relación afectiva con el empresario mexico-argentino. Desde la presidencia del PRD ella tuvo acercamientos con el hombre que se convirtió en benefactor de la izquierda e incluso gracias a él conoció en persona a Carlos Salinas de Gortari eso nunca se lo perdonó López Obrador. Robles traicionó a la izquierda moralmente y hundió al PRD en una crisis financiera y de descrédito. A 14 años de aquel pasaje en la vida política del país, la historia pone a los mismos protagonistas al otro lado de las situaciones.

El abogado de la clase política Juan Collado está acorralado y en prisión y Rosario Robles se encuentra perseguida por la FGR. La venganza está en la epidermis de este caso. Este es el inicio de la justicia que viene con disfraz de la 4-T.

Incluso, la pinza la cierra el fiscal general Alejandro Gertz Manero ya que conoce mejor de lo que se espera a Rosario Robles pues hace 20 años él era secretario de Seguridad Pública del entonces DF y ella era la Jefa de Gobierno. El destino los confronta y las rencillas se cobran, en este caso tarde, pero por fin tienen a alguien que fue su comparsa, en el banquillo, y no se duda en ver su caída o sólo la humillación pública.

La operación Rosario está en marcha y se trabaja por consigna. Sin dudarlo y muy temprano López Obrador advirtió: no se protegerá a nadie y la investigación se retomó y amplió.

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