Los kenianos Vivian Kiplagat, con nueva plusmarca, y Duncan Maio, en una carrera lenta, ganaron este domingo el Maratón de la Ciudad de México que transcurrió con unos 25 mil corredores a 2.240 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Kiplagat venció con una plusmarca de 2 horas, 33 minutos y 28 segundos, mejor que el 2h36:16 de la campeona panamericana peruana Gladys Tejeda en el 2017, que fue segunda, seguida de sus compatriotas Paskalia Kipkoech (2h34:09) y Pamela Rotich (2h38:15).

La carrera empezó con protagonismo de la mexicana Fabiola Pérez, quien de manera irresponsable se fue delante de rivales de más nivel a las que le sacó 12 segundos de ventaja al pasar por el kilómetro cinco en 20:25 minutos. Las africanas la dejaron atrás pronto y se mantuvieron en grupo.

En el 25 Kiplagat y Kipkoech pasaron en primer lugar con tres segundos de ventaja y después del 30 se escaparon para mantenerse juntas hasta que en el 36 Kiplagat atacó y dejó atrás a Rotich, cuya marca también superó el récord de Tejeda. En la prueba de varones el keniano Mathew Kisorio, quien llegó con un mejor registro personal de 2h04:53, se comportó como un principiante. Ignoró que corría a mucha altitud sobre el mar, con deuda de oxígeno y se fue adelante a un paso suicida abajo de tres minutos por kilómetro hasta el kilómetro 15.

Poco a poco empezó a pagar; el cansancio acumulado le hizo bajar el paso y pisó la mitad del recorrido en 1h03:59, 32 segundos por delante de Maio y a 2:08 minutos del grupo perseguidor. Después del kilómetro 30 Kisorio se derrumbó y en el 33 fue rebasado por Maio que, aunque había hecho algunos cambios de ritmos en la primera parte y tampoco estaba fresco, llegó al 40 con ventaja de más de tres minutos.

Kisorio abandonó, Maio sufrió, pero sus rivales estaban rezagados y le alcanzó para ganar con 2h12:53, registro alejado de la plusmarca de la competencia, 2h 10:38, impuesta el año pasado por su compatriota Titus Ekiru.

El maratón estrenó este año la etiqueta oro y una nueva ruta con inicio en el sur de la urbe y meta en el Zócalo, principal plaza pública de la Ciudad. La parte festiva la pusieron más de 24.000 corredores recreativos que salieron a superarse a sí mismos y vivieron numerosas anécdotas de corte humano a lo largo del trayecto.

Fuente: Crónica.