Oscar Glenn

Me es difícil salir del estupor causado por la decisión se la Suprema Corte de Justicia de la Nación y alcanzar a descifrar cómo fue que el jueves pasado encontraron un juego de palabras para declarar constitucional la intención del Presidente de México, de someter a consulta la aplicación de la Ley y eventualmente sanciones a ex presidentes por posibles actos de corrupción, pero replanteando la pregunta  para dejarla en el terreno de lo ambiguo, contra toda lógica.

Me cuesta aceptar que la mayoría del máximo tribunal haya decidido al parecer, buscar como complacer al Presidente en su deseo y caminar en entrar al jugar al terreno de la popularidad y a la vez tratar de mantener cierto respeto ante su maniobra. Inevitable preguntarnos ahora ¿Qué otras "jugadas" estarían dispuestos a avalar?

“¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?” fue la propuesta de los ministros.

Todo esto al final fue igual a decir en términos coloquiales: Lo que quieres preguntar es indebido, pero puedes preguntar esto para seguir con tu juego, aunque no sirva para nada, ni sea obligatorio que hagas algo al respecto. Así anularon también el poder esclarecedor y equilibrante que el máximo tribunal del país suponíamos que poseía. Ojalá encontraran la forma de restituirse antes que entregarse por completo.

Supongo que queda claro que la consulta en caso de realizarse, sería por Ley el primero de agosto de 2021 y no el mismo día de la elección, lo que no ha quedado claro es de dónde saldrán los ocho mil millones o lo que sea que costaría realizar este ejercicio, que en tiempos de austeridad con algo de compostura y sentido común se podrían aún ahorrar, simplemente aplicando la Ley vigente.

En el estado de México

Se consumaron las adecuaciones a la estructura del Ejecutivo Estatal, conforme a la propuesta que emitió el mismo gobernador para la reestructuración de la administración pública estatal, con la fusión de las secretarías de Desarrollo Urbano y Metropolitano con la de Obra Pública, para la creación de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra; la de Comunicaciones con la de Movilidad, para crear la Secretaría de Movilidad,  y la de Cultura y Deporte con la de Turismo, para crear la Secretaría de Cultura y Turismo.

Se avaló también la creación de la Secretaría de la Mujer, a partir de la transformación del Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social, así como al cambio en la denominación de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario por Secretaría del Campo.

No es despreciable el ahorro de cien millones de pesos que fue parte del argumento central de la propuesta de reestructura, pero tratándose de sectores tan delicados, más allá del ahorro y del futuro político de los que se fueron, deberíamos esperar que el ciudadano gane en seguridad, movilidad, turismo e impulso al desarrollo económico y claro en atención a más mujeres. ¡Ojalá haya compostura y noticias pronto!