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jueves, 5 de noviembre de 2020

Enfoque Global / Una pesadilla para la humanidad llamada Donald Trump


José Luis Otiz Santillán

Es difícil de imaginar que, en los Estados Unidos, quien se ha erigido en el país más democrático del planeta, donde el voto universal y directo no tiene ninguna validez en un sistema electoral truculento, hoy se pueda producir un Golpe de Estado. El presidente Donald Trump está enfermo de poder y por primera vez en la historia de los Estados Unidos, un presidente en funciones es candidato a su propia sucesión y antes de que las autoridades electorales den su fallo, él anuncia su propia reelección, pese a no haber terminado el conteo de todos los votos.

El presidente Donald Trump lo había anunciado, al señalar públicamente que él no era un buen perdedor y no reconocería el resultado de las elecciones presidenciales si las perdía. El presidente del país que durante décadas se había convertido en guardián de la democracia e intervenido en uno u otro país bajo el argumento de salvarla, ahora intenta de manera inconstitucional y con la ayuda de la Corte Suprema de Justicia, evitar por todos los medios su derrota.

La noche del martes 4 de noviembre, el presidente Donald Trump señaló: “Me declaro ganador, el resto son detalles, sutilezas de malos jugadores…”. Con ello, el presidente Donald Trump no sólo se dispone a continuar destruyendo la imagen internacional de su país, sino a destruir la intrincada democracia estadounidense; él está dispuesto a enfrentar el voto popular de la mayoría de los ciudadanos que han votado en su contra y, con ello, alimentar la división de los estadounidenses, alimentando irresponsablemente el enfrentamiento racial, empujar a la violencia a sus partidarios y a sus oponentes.

Lamentablemente para el candidato demócrata, Joe Biden, no ha logrado ganar Estados claves que le hubieran permitido obtener una victoria rápida e incuestionable el martes pasado por la noche. Ni Florida ni Texas quisieron ceder sus votos en el colegio electoral a Joe Biden y decidieron apoyar al presidente Donald Trump y ahora la lucha se centra en los conteos de los votos en los Estados de Arizona, Wisconsin, Michigan y Pennsylvania, fundamentalmente.

Sin embargo, millones de ciudadanos que apoyan al candidato demócrata y que, si su voto directo hubiera sido considerado para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos ahora estuvieran festejando, aún tienen la esperanza de ver a su candidato triunfar. Precisamente, desde su ciudad natal de Wilmington, Delaware, Joe Biden señaló que, “creemos que vamos por buen camino para ganar estas elecciones” y reafirmó la confianza de millones de ciudadanos que hace 4 años apoyaron a la candidata demócrata, Hilary Clinton, y que hoy le han dado su voto; voto popular que habría hecho posible en un sistema de elección directa, llevar a los demócratas a la Casa Blanca.

Joe Biden, ampliamente favorecido por las encuestas, está viendo como el sistema de elección indirecta está poniendo en peligro su triunfo. Donald Trump ganó Florida y Ohio, dos de los principales Estados que pueden arrebatarle el triunfo en las elecciones a Biden; pero los demócratas aún esperan hacerse con los representantes electorales de Michigan, Wisconsin y Pensilvania, para oponerlos a los Estados de Texas, Ohio y Florida, ganados por el presidente Trump; para enfrentar sus denuncias de fraude y a una Suprema Corte de Justicia conservadora, hecha a la medida del actual presidente.

Por ahora, lo cierto es que el presidente Donald Trump y los republicanos, han creado una enorme incertidumbre sobre los resultados, hasta la amenaza de “un golpe de Estado”. Pero en los 32 Estados hay más que elecciones presidenciales, los demócratas desean poder controlar el Senado, hoy en manos de los republicanos, mientras esperan mantener el control de la Cámara de Representantes.

Lo cierto es que el mundo está a la expectativo sobre los resultados de las elecciones en los Estados Unidos. El presidente Donald Trump ha sido una pesadilla no solo para la mayoría de los ciudadanos que en 2016 votaron por los demócratas, sino para muchos países como México y Canadá; pero, sobre todo, para la humanidad; él prometió acabar con el TLCAN y lo sustituyó por un acuerdo comercial con aranceles, revivió el proteccionismo comercial e inició una guerra comercial contra China, con consecuencias letales para el comercio mundial y el crecimiento económico; sacó a su país de los Acuerdos de Paris sobre el Cambio Climático y sobre el migraciones, así como de los acuerdo de proliferaciones de las armas nucleares y de los acuerdo nucleares con Irán; por lo que el planeta está a punto de despertar de una pesadilla hoy.

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